Para que nunca muera el amor
Solo fue verte y conocerte
para empezar a quererte
y para demostartelo
te entregué todo que fui
lo que soy y lo que seré.
Te entregué mi alma y todo mi ser,
te regalé mis secretos
mis sueños y todas mis ilusiones.
Todo lo puse a tus pies,
yo solo deseo que nunca cierres los ojos
para que nunca mueran las esperanzas.
Y para que nunca se apague
el resplandor de los nuevos amaneceres,
y que la luz del Sol
no deje de alumbrarnos.
Que la luna no deje de sonreir
y que las rosas no pierdan su color
para que nunca muera el amor.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
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