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jueves, 19 de agosto de 2021

Poemas cortos a la encina (14)

 Poemas y cantos a la encina



Alma de nostalgia

Con alma mística y nostálgica,
romántica, mágica y divina,
fue morada de la hermosa ninfa,
que al dejarlo, el árbol de amor moría.
 Zeus sentado al pie de una encina
y Júpiter que adornaba su testa 
con corona de hojas de encina
los dioses supremos clásicos
le encomendaron sus oráculos.
que le soplaban con los vientos.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.



La encina es del Mediterráneo

Cubriste de verde el campo,
Del norteño desierto africano,
Cubriste los parajes desolados.
 y reinaste en los campos ibéricos. 
Hoy eres el principal personaje
del paisaje de los montes verdes.
El bosque hispano es tu hogar perenne
donde los pastores cantan sus amores
y sostienen en sus ramas sus ilusiones.
Entre Castilla, Extremadura y las Baleares. 
Rey de España, Francia e Italia.
Encina tu naciste en el Mediterráneo.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


La encina centenaria

Encina de madera fuerte, resistente y maciza
que duermes en tu placentera calma
sobre tu alfombra verde nunca estas sola 
y en el silencio de tu negra sombra
 te acompaña el reclamo de la abubilla
el jilguero y el petirrojo
 y el canto nocturno de la cigarra
y el trino de la incansable curruca
el ciervo ibérico y la ardilla.
Todos viven en paz y armonía
en medio de tu eterna melancolía
natural que nace de tu propia
porfiada y terca gracia natural.
Fantástica, orgullosa y simbólica
encinas centenaria
y a veces milenaria.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


El árbol de la encina
Todos sabemos que la longeva encina 
 por descuido algún día morirá
y el día que sus ramas 
hacía el cielo se elevarán
en una oración eterna y piadosa.
La encina morirá de soledad,
solo su sombra la acompañará,
las bellotas quedaran doloridas
por haber conocido tanta grandeza,
las virtudes y la fuerza
que le otorgó la naturaleza.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
El renacer de una encina 

La encina algún día
por descuido morirá,
pero siempre renacerá, 
 sobre sus raíces profundas 
con las que se sustenta 
en el suelo que lo acuna
y el mundo se alegrará.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


Encinas siempre eternas

Los árboles de la encina
son emblemáticos, gallardos
distinguidos y muy venerables
Tienen la figura de un caballero 
de capa negra y copa frondosa
se ve triste y muy solitario, 
de aspecto melancólico, 
taciturno y nostálgico 
en el silencio de la tarde
se respira el tiempo
y el susurro de los vientos
que le hablan de la historia
y así pasan de otoñales y centenarias 
a milenarias y sempiternas. 

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


La encina

La encina es un ser mítico, 
de personalidad imponente,
es un gran personaje,
de impresionante aspecto.
Tiene un buen corazón
y es de carácter apasionado.

Guardan las tristezas pero nunca las olvidan.
Con su humildad las cuelgan en sus ramas
y aguantan los días de sus mejores épocas.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


Obra de arte

Cada encina es una obra de arte 
que creó la sabia naturaleza.
Es un impacto en el fresco paisaje,
dando forma color y textura
a su perfilada e irreal figura.
Con sus versos le dio color el poeta
y la lírica con sus colores el que te pintó.
La encina es una pincelada divina.
Son murales naturales de los paseos y parques.
Que complacientes pintan los grises y oscuros bosques
en verdes de su copa
y el marrón de su tronco adusto y recio
que el Sol da vida con sus rayos resplandecientes.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


Don Quijote y al encina

Mirando una gran encina
Don Cervantes se inspiró y creó 
a Don Quijote el de La Mancha
 con su terquedad y locura,
el caballero de triste figura
y de senil valentía.
Don Quijote nombró 
veinte veces a la encina
y con su escudero Sancho Panza
comieron las dulces bellotas.
Don Quijote de la Mancha
y Sancho fueron a pelear 
contra los gigantescos molinos.
Hubo una encina solitaria
vestida y con sus botas
a quienes confundieron
con un monstruo gigantesco
el  Hecatónquiros de cien manos
del poeta griego Homero.


Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

Las flores de la encina

La floración de la encina
es una real maravilla.
Las bellas flores amarillas
de tan intenso color
la luz del Sol sobre las hojas
intenso reflector formando
brillantes cascadas
cubiertas de polen
son las conspicuas masculinas
son las protagonistas, las que polinizan 
a las discretas y pequeñas
flores femeninas de color fucsia
son las más llamativas
que al ser fecundadas
darán a las dulces bellotas.
Y cada bellota es una nueva encina
La encina es un elogio
a la fértil tierra que lo acoge.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.


El árbol que pide poco
 y entrega mucho.
eres humilde y modesto,
arrogante y majestuoso,
Eres fuente de luz y calor.
De las más duras y macizas,

No estás sola,
Te acompaña el jilguero y la abubilla,
El petirrojo y la curruca,
El ciervo y la ardilla.

Paz y armonía 
que nace con la naturaleza.
Fantástica, orgullosa y simbólica.
Así es la encina centenaria,
Y a veces milenaria.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

Las encinas

Con su legendaria figura 
las encinas hermosean los paisajes
las hermosas alamedas 
y los transitados bulevares.
Cubiertos de flores y de mágicos colores
Las encinas son símbolos de fortaleza,
 humildad y lealtad.
Pero en el tiempo son eternas e inmortales.





El orgullo de la encina

En las tierras de Iberia
en los comienzos de la historia
allí donde brota la encina, 
germina orgullosa
y crece con dignidad,
con fuerza y libertad
y con su amplia y fulgurante copa
mantiene sus pies en la tierra
y con sus brazos en el aire
toca el cielo y a su divinidad.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.




De amplio follaje oscuro de hojas persistentes
que se nutren de la energía de los rayos solares
de gran cabeza foliada
De bellotas doncellas de sabor dulce e indulgente
 y de profundas y largas raíces que se nutren 
del agua de los suelos fértiles.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

En los campos de España
y en la soledad de las dehesas
se apenan las encinas.
Entristece la mente
y pierde la calma del alma
la tristeza cae sobre
la alfombra verde
desde la alta y amplia copa
abandonando el miedo
en los brazos de la encina.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.