Bajo las sombras de las encinas

 Bajo las sombras de las encinas 

Entre los álamos prolijos y vanos
 y pinos de follaje persistente.

 Entre los castaños de frutos generosos
y abedules de madera noble.

Las encinas de férrea coraza,
de nudosos ramajes,
y de  carácter surrealista,
son las que rugen y rigen 
en los misteriosos bosques.

Es el árbol que predomina
ordena y manda, 

pues es el monarca

por su gran fortaleza, 
su cuerpo robusto 
y sus brazos retorcidos.

Bajo su sombra alta y campechana
Crecieron las campiñas.

El cielo besó su sombra

Y lo nombró guardián

Del equilibrio y la armonía.

De conciertos prolijos
y placenteros gorjeos.
De sueños místicos
y maravillosas historias 

que deja oír el bosque maravilloso
por la gallarda presencia 

de las longevas encinas.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.

 

Las energías del árbol

El solo quiere olvidar las cicatrices

que le causan las angustias

que los recuerdos le traen

 Al amanecer a la luz del Sol 

atrapará y lo guardará en su vientre

y con su magia los transformará

en la vital energía que de su cuerpo emana

Los arboles en pie ofrendan su sombra 

y guardaran el oxigeno y la energía valiosa

que en el día se les desborda y lo regalará 

a quién un abraza le sepa entregar.

En su cuerpo de piel arrugada 

El sufrir de las estrías 

De tus hojas quebrantadas. 

Adornando idílicos parques
Y legendarios y mágicos bosques
Maravilla de la creación
Es la eminencia forestal

De vigorosas y profundas raíces
en que se sustenta fuerte y firme.
la vida que le pertenece.

El viento que acaricia su follaje
que por mas que sople
no lo doblega.

El árbol siempre seguirá
y morirán de pie.

Con el rumor de sus hojas
Anuncia que nada lo vencerá. 

Un árbol derribado es una tragedia
Un árbol de pie es una maravilla.

Si encuentras un árbol en tu camino

extiéndele los brazos con confianza,

dale con calor un abrazo

y en recompensa el te entregará las energías

que su cuerpo guarda. 

Es su religión y su bendición. 

Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

 

Un milágro llamado árbol

La vida que encierra 
La semilla con la simiente llena.

Es el embrión que germina.

Es la maravilla de la genética,

La herencia que se sustenta.

Un frágil vástago que aflora. 
Y un hermoso árbol que implora.

 Que el viento con cuidado acuna.

Y le canta una canción de cuna.

Un brote, un almacigo 

Un retoño, un vástago

Un tallo tierno que crece sin sustento
Pausadamente, débil y tembloroso.

 Ya joven es alegre y talentoso

Y juega con el viento.

Y se alimenta y crece recto

y se esfuerza para no ser torcido.

En la adultez es fuerte y vigoroso

Maravilloso y milagroso.
Enorme, longevo y frondoso.

Así es el árbol de hermoso.

Y la lucha con que resiste.

Con la fuerza que persiste 

Ante el vil vasallaje. 

Amamos tu resistencia 

Y la lucha por tu existencia. 

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.

Las meditaciones del árbol

Las meditaciones del árbol

Los árboles son seres que meditan y reflexionan

en su callada quietud, perturbando la nostalgia,

la añoranza y la melancolía,

de los que buscan su compañía.

En el silencio de la noche

reverdecen vigorosas las preguntas

que les hacen los que sufren de soledad

y en el bullicio de los días

el astro rey brilla

y al calor del medio día

te presta su sombra,

te cobija alegremente

y te regala su energía

mientras aprovechan de su serenidad

los que se cobijan bajo su sombra

y sueñan con su callada quietud

Mientras el árbol cierra loa ojos añorando

los años de su inquietante juventud.

Si a cuya sombra te has de sentar 

escucharás sus sabios consejos, 

entonces entenderás 

el verdadero sentido de la vida.

Son cálidos seres que florecen y recitan

en las noches los versos que brotan

en las mañanas cálidas de la primavera.

Es el sueño de los árboles que mientras

perfuman los días entretejen sus hojas

formando un tejido de ramas

que bailan al compás de los vientos. 

Mítico caballero vestido de madera

que acuna entre sus ramas

su sombra en el verano.

Retozan de verdor

y refulgen en su color, 

rodeados de aves y mariposas en su rededor.

Siempre los recibe con los brazos abiertos.

Vuelan sus hojas en tiempos de otoño. 

y de hoja a hoja se va quedando desnudo 

hasta que se le nota el alma llena de candor,

sin perder su carácter noble y equilibrado.

Le encanta su propia timidez,

y le teme a la oscuridad.

Por eso busca la luz del Sol,

que le da fuerza y vigor.

La sabiduría del árbol cae con su sombra. 

y se desparrama con su perfume 

invadiendo de aromas y fragancias naturales 

los alegres parques y los sombríos bosques.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.