Escrito en verso sobre la Tragedia de Medea
Obra del escritor griego Eurípides.
Medea Enamorada
(Primera parte)
Descendiente de diosas y ninfas
y de Circe la hechicera.
Medea era joven, dulce y hermosa,
y del amor estaba enamorada.
Medea era sacerdotisa y discípula
de Hécate, diosa de la hechicería, de la magia
los encantamientos, de la oscuridad y lo oculto,
de la necromancia y del inframundo.
Por artes de los dioses del amor Afrodita y Eros
Medea se enamoró del héroe Jasón.
Le ofreció su ayuda y le entregó su corazón
sin ninguna condición, ni obligación.
A Medea, su padre no aprobó y la encerró
en las tierras del Colquida y del Vellocino de oro.
En la amargura de los días vivió en la tierra del exilio
que le ordenó su padre y de donde la princesa escapó.
de la incomprensión en un carro con caballos alados.
Medea abandonó todo: casa, familia y confort
Se reencontró con el amor que tanto buscó
y protegió a Jasón contra el monstruo y el dragón
y también lo apoyó para conseguir el Vellón.
y huyen a Yolco donde establecen el nido
donde se aman con el mas puro amor.
Por la emoción de la unión
Medea y Jasón con fidelidad se amaron
y tras largos festejos felices vivieron
y dos hermosos hijos engendraron y criaron.
Jason tiene el Vellocino de Oro
y Medea acaricia el amor al tener a Jasón a su lado.
Mas en sus caminos el destino se cruzó.
y puso a Creusa como la tercera en disensión.
Era la hija de Creonte el rey de Corinto
la que ocasionó que surgiera la traición.
Jasón el héroe de la mitología griega
sucumbe ante la ocasión y curiosidad
que otro amor le entrega y comete infidelidad.
Por tan vil acción Jasón a Medea
y a sus dos hijos abandona.
El héroe griego Jason es un hombre machista
y seductor es el líder de los argonautas.
Creonte aprovecha, condena y destierra
a Medea y a sus dos tiernos hijos abraza
y ella pide dos días de plazo fingiéndose sumisa.
Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.
Segunda Parte: la venganza
Conflicto y venganza de Medea
En el valle florido y soleado
donde se sembró el amor
ahora vive el sufrimiento,
la tragedia y el sentimiento fingido.
El mundo se mira ante el espejo
y cierra los ojos ante el reflejo.
Solo se reflejan las muecas burlonas
del gesto irónico y mordaz.
Por un amor que la dejó frustrada
Medea sintió el vacío de la nada.
y el repudio de las figuras condenadas
distorsionadas y desarraigadas.
Las imágenes macilentas y mustias
quedaron sin vida y con el alma herida.
El amor que sentía se transformó en odio,
alimentado por la diosa de los celos.
Llena de ira solo busca matar a Creusa,
y prepara una pócima venenosa
y la impregna sobre un hermoso vestido nuevo
y una diadema de increíble belleza.
que envía como regalo de bodas
a la nueva novia del argonauta Jason.
Al probarse el hermoso vestido
y colgarse el valioso collar
su piel empezó a corroerse,
de su cabello brotaron llamas
y un fuego abrazador encendió todo ruego
muriendo hasta Creonte
que intentó salvar a la princesa Creusa.
Medea en medio del desprecio
la venganza buscó y encontró el suplicio
tras vengarse cometiendo un execrable doble filicidio
y consumando un infame doble infanticidio.
Con las manos manchadas por el fuego infernal
que envenenó el tiempo y las pasiones
La ciudad ardió y las llamas infernales y tormentosas
destruyeron las gotas del amor que aún quedaba.
El amor que le tuvo a un varón todo lo pudo.
y puso las manos al fuego
por un sueño anhelado
que fue traicionado.
Las manos que acariciaron el amor frugal
y el olvido al entregar su ternura.
Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.
Tercera parte: El sufrimiento por la traición
Medea en el infierno
Fuiste traicionada
y desgarrada del corazón
por tus amores desdichados
y por los desmedidos celos
de tu inocencia perturbada
El horror, el desvarío la venganza total,
nunca se redime buscando la revancha.
El surrealismo de la tristeza y la amargura
y de las lagrimas funestas que no tienen final.
Su alma viajó por el espacio infinito.
Se sintió llevada por el carro de fuego
y arrastrada por los caballos alados
y la ira del orgullo maltratado.
Las llamas que apagaron los vientos felices
quedaron ardiendo, nunca se apagaron
destruyendo y exasperando los ánimos.
El desengaño que grita su sed de desquite.
La razón no se justifica
La venganza se inmola
En muerte y en estéril tierra
toro arde como yesca seca.
Las palabras son rebeldes
El alma se retuerce
El amor urgido se transforma
Se acaba la paciencia.
El tiempo se desespera
por causa del dolor.
La antigua morada se quema
en la agonía del amor.
Medea perdió la razón
y se dejó arrastrar por la pasión.
En la locura el sabor es de la venganza
y el desvarío es de los vientos
que alimentan la negación del futuro
y del atavar de su propia sangre.
Surge el desaliento, el olvido
y la congoja de los largos suspiros
y de las múltiples promesas olvidadas.
Guardan las tristezas pero nunca las olvidan.
Con su humildad las cuelgan en sus ramas
y aguantan los días de sus mejores épocas.
Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.