Mía para siempre
te entrego mi querer
mis besos, mi afecto,
mi devoción
y todas mis oraciones.
Te regalo lo que soy
y lo que seré,
te ofrendo mis ilusiones,
todo te lo doy.
Si de amarte a quererte
y para no perderte
debería de sacrificarme,
yo daría hasta mi sangre
y toda mi vida para volver a tenerte.
Mientras yo me arrastre por el suelo,
en la Tierra no habrá consuelo.
En el cielo morirá el desconsuelo
y las ilusiones agonizarán
en pleno vuelo.
Mientras que el amor
se cubrirá de duelo.
Aunque no me tengas
y en nada convengas
yo te tengo guardada
en mis fríos amaneceres,
en mis tardes soleadas
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