La nostalgia de los días
Al clarear el día
y al abrir la ventana
para que ingrese el Sol
para admirar la vida y sentir
los aromas que trae cada amanecer,
recién comenzamos a vivir.
Al alumbrar la vida
nos invita a respirar
la nostalgia de la mañana
y el bostezo de la tristeza
que está llena de sombras y soledad.
Al despertar el día
se escuchan los besos tibios
del primoroso amanecer,
son chasquido de besos tiernos
que levantan raudo vuelo
con sus alas pintadas
de los sueños mas bellos
que brontan primorosas
en la dúctil madrugada
y en el nacer de la alborada.
Es el amor que nace
y despierta todos los días
cuando el Sol se levanta
y sin dificultad alguna
se entroniza en el horizonte
y nos guia por los caminos
que cruzan el brillante atardecer.
Proyectando su calor
en los tiernos corazones
que se guardan aglutinados
para alegrarnos los días
y si fuera posible la vida entera,
alejando los sinsabores
de los pensamientos perversos.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
Derechos reservados
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