El beso de madrugada
Al morir la tarde
se agotan velozmente
las energías vitales
y se apagan el fulgor de las miradas
se desconciertan los pazos de la danzas,
la magia de tu encanto se marchita
rápidamente cual bella flor
muriendo en el otoño.
Al agotarse y oscurecer la tarde
y empezar la noche
que llega sempiterna,
brotan los bostezos
y la tarde se despide con los besos.
La noche llega cadenciosa,
mostrando su sonrisa
y mirando con desdén
a los besos tibios
que se muestran solicitos
amables y complacientes.
Son las horas de las cadencia
donde se reunen los suspiros,
donde reinan las sonrisas subrealistas
que bailan al son de los sincopas,
de las melodías sin armonías.
Solo se arreglan al llegar la madrugada
donde los arpegios se tornan armoniosos.
Donde un beso de la mañana,
crea una sonata armoniosa,
que es el beso del amanecer
que te dan al salir el Sol,
es el beso del amor ideal.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú