El poema inmortal

 El poema inmortal  

Armonía,Construcción,Otoño,

Esta inédita historia

seguirá su curso

cuando otro poeta

siga inmerso e inquieto

para proseguir en la armonía,

de la construcción de nuevos versos.

Hasta completar la hegemonia

y poder seguir el curso 

de los inquietos rumores

que caminan en silencio

por las anodinas mañanas otoñales.

y poder leer y contemplar

el inmortal poema completo.

Con versos infinitos

escritos sin palabras,

sin tinta ni plumas

pero con acronimos perpetuos

Se escuchará en el tiempo

el tierno poema simbólico

y su sincero homenaje 

 elogiando y alabando

al alma agradecida.

Para escuchar como lanzan los vientos 

los besos que le entregan

 las horas infinitas

por encargo de quién los ama.

Entonces esta historia 

proseguirá su rumbo

y seguira su curso

cuando otro poeta siga la rima

y la metrica.

Sin que lloren las letras

de este poema que seguira 

aumentando sus versos

para no morir en el olvido.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.

La tarde que llovía en Paris

 La tarde que llovía en Paris

Llovia en París

en una tarde de otoño

que cerraba languida 

y sonnolienta 

para dar paso a la Luna 

que semi oculta

e indiferente anunciaba 

a la incesante tormenta 

y a un infame vendaval. 

Cubierta con su paraguas negro

que hacía mas triste al atardecer,

ella volvia con su caminar lento

y sumida en el frío del crepusculo.

Con pasos lentos cruzaba la calle ancha,

la que llega hasta la Plaza de la concordia,

ubicada entre Las Tullerias

y los Campos Elisios.

Ella iba chapoteando al pisar los charcos

que dejaba la lluvia 

y el agua saltaba

borboteando sobre la acera

y las huellas marcadas 

de frío se abrazaban.

En el cielo las nubes grises

que alimentaban a la lluvia

envolvían a la Torre Eiffel

que de frío se moria.

De pronto cesó la lluvia

 y las nubes se alejaron

dejando ver a una Luna 

brillante y grande.

 Debajo de la Luna colgaba 

un dije brillante,

chispiante y coqueto que parecia

un dije de un collar invisible,

Es el planeta Venus

el Lucero de la mañana

que siempre la acompaña

y nunca la abandona.

La Luna y las lluvias

en Paris son diferentes

y la joven de paraguas

se pasea hasta el amanecer

por Montmartre 

y Saint Dominiqué

que son vias de Paris,

la llamada Ciudad Luz.

Antonio Encinas Carranza

De Lima, Perú

D. R.

El beso de madrugada

El beso de madrugada

Al morir la tarde

se agotan velozmente

las energías vitales

y se apagan el fulgor de las miradas

se desconciertan los pazos de la danzas,

la magia de tu encanto se marchita

rápidamente cual bella flor

muriendo en el otoño.

Al agotarse y oscurecer la tarde

y empezar la noche

que llega sempiterna,

brotan los bostezos

y la tarde se despide con los besos.

La noche llega cadenciosa,

mostrando su sonrisa

y mirando con desdén

a los besos tibios

que se muestran solicitos

amables y complacientes.

Son las horas de las cadencia

donde se reunen los suspiros,

donde reinan las sonrisas subrealistas

que bailan al son de los sincopas,

de las melodías sin armonías.

Solo se arreglan al llegar la madrugada

donde los arpegios se tornan armoniosos.

Donde un beso de la mañana,

crea una sonata armoniosa,

que es el beso del amanecer

que te dan al salir el Sol,

es el beso del amor ideal.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

Argumento de una historia de amor

 Argumento de una historia de amor

Una tarde de otoño,

día gris y somnoliento,

ella y el se encontraron 

frente a frente y se miraron, 

una sonrisa a ella se le cayó, 

el se agachó y la recogió 

y disimuladamente se la guardó.

El era como ella lo había soñado,

igual, ni mas ni menos

y ella era el sueño 

con que el había soñado.

El la reconoció por el lunar 

que tenía en la mejilla,

por los hoyuelos de su sonrisa,

también por los ojos claros 

llenos de un infinito ensueño

y la miraba que destilaba 

su delicada ternura.

El no deseaba 

que su imagen se diluyera 

ni que se esfumara 

y la tocó para comprobar 

que era realidad

Ella sonrió, charlaron,

el la invitó a tomar helados

o quizas un café caliente,

ella le dijo: tu escoje.

En medio de la charla

salto una efímera chispita 

y se abrazaron fuertemente emocionados,

luego se cogieron de la mano

salieron del local 

y caminaron juntos

por una senda llena 

 de flores perfumadas.

El camino era hermoso

lleno de halagos 

de miradas tiernas

y sonrisas perfectas.

En los siguientes pasos  

algo los inquietó,

algo maravilloso briilló en sus ojos

sinrtieron brotar la primavera en sus almas

y en sus corazones sintieron que el amor

había llegado a sus vidas.

Pasó el tiempo y en medio 

de la paz se amaron intensamente

con un amor vehemente 

y una dulce pasión.

Antonio Encinas Carranza

Las 4 estaciones

Las 4 estaciones

Yo nací en el verano

con los cálidos rayos del Sol

y crecí entre primavera y otoño

y al llegar el invierno,

llego con la conciencia tranquila,

con los pasos cansados

y con la mente recargada.

Vengo con el placer de escribir,

sobre los pasos que di,

los caminos que recorrí,

las lecciones que aprendí,

y los amores que vivi.

Manejé por carreteras dificiles,

trepe por montañas escabrosas,

anduve por playas ensoñadoras

y recorrí muchas millas 

navegando por mares inquietos.

También caminé por sendas

insondables y misteriosas

y sin ser muy sutíl,

hoy no ando con delicadesas.

hoy hablo con sinceridad

y sin rodeos.

y diré las cosas como son

y no me morderé la lengua 

para decir las cosas claras

y llamar al pan pan 

y al vino vino.

Antonio Encinas Carranza

El destino

 El destino

El destino sin preguntar nos unió

y nos llevó por el camino de un desafío.

Fuimos aguas turbulentas del mismo río

y calor del atardecer del estío.

El destino después nos arrastró

y sin consultar nos aventó

a cada uno por una senda diferente.

Fuimos el capricho divergente.

A ti te arrastró como a las hojas del otoño 

que el viento arrastra sin compasión.

A mí me lanzó con fuerza, fuera del camino,

sin un destino fijo y sin concesión.

Al ver tu imagen alejarse de la senda,

sentí que la tierra se hundía,

bajo mis pies vi un vacío que se perdía.

y caía sin poder agarrarme a la vida

Nuestro fatum nos impone condiciones

que tienen que cumplirse

sin apelaciones, sin murmuraciones,

dudas ni discusiones.

Es ley estricta e inflexible.

El sino con su poder sobrenatural

inevitable e inexorable

nos impone condiciones

que puede ser necesaria o fatal.

Las sentencias hay que acatar

en las inapelables agonías del ser,

buscando surgir al despertar

sin tener que envejecer.

Antonio Encinas Carranza
De; Lima, Perú
D. R.

Amor a la antigua

Amor a la antigua



Caminamos tomados de la mano

bajo el firmamento azul,

en medio de una tibia noche de primavera,

bajo una gran nube de estrellas

y danzamos sobre una alfombra

mullida de petalos de flores

mientras nos miramos a los ojos.

Hablando del amor

y de la música de moda

y es cuando las letras

de las canciones nos huelen

a recuerdos guardados.

Caminando vamos

tomadosm de la mano,

desenterrando los recuerdos

y los pensamientos

que nos acompañan,

y vamos locos de risa,

ebrios de la nada
y felices de todo.

 Quisiera llevarte una serenata

 bajo la luz de la Luna
sintiendo los aromas 
de los jazmines y las amapolas

eso es amor a la antigua.

Pasear sin prisa tomados del corazón,

reemplazando las heridas por sonrisas

y las lágrimas por un te quiero,

un consuelo amoroso y un lento suspiro 
secándola con un pañuelo de besos.

Guardarme tu pañuelo

y tus fotos junto 
a una rosa seca
entre las hojas amarillentas

de un antiguo libro.

Por las noches, por los días

y también por las dudas.

Te quiero para escuchar tu risa

todas las noches, toda la vida.

Deseo dormir en tu pecho.

Sin sombras ni fantasmas.

Sin sospechas ni temores.

Te quiero como se quiere
a los amores de antes.
Te quiero a la antigua.

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.

Tormenta de Amor

Tormenta de Amor




Al terminar la caída de las hojas del otoño
y al comenzar los fríos del invierno.
Cuando los vientos besan tu rostro.
Entre lluvia de abrazos y besos,
nace un huracán de pasiones
y refulgentes relámpagos
estallan en las noches.

Un ciclón de dulces pensamientos
caen como una avalancha de ternura.
y se inicia una tormenta de amor,
 en los corazones apasionados.

Un relámpago se refleja en el firmamento,
la luna llena se quiebra, 
no hay estrellas en el cielo,
solo tu y yo en la tierra, 
Sin miradas indiscretas.

Mientras que en el firmamento
el Sol y la Luna
viven un eterno eclipse de amor.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.