De mirada ingrata
Ojos ingratos
de mirada fría y ajena
de un amor marginal y profano
que nació de un hechizo
nocturno de invierno
lanzado desde un ilícito conjuro
de un corazón urbano.
Ojo gélido y congelado
que sufrió por los sollozos esquivos
de insinuantes miradas falaces
perseguidas por las sombras
que caminan sin dejar huellas,
Ojos del corazón ingrato
de caminos ondulantes,
paraderos sin finales
y nidos de cristales.
De mirada controvertida,
migrante sin destino.
Al final del evento
te cortaron las alas
y ya conformaste un nido
selecto y florido.
Dejaste de frecuentar
corazones heridos
dejaste las monsergas
y aceptaste los consejos
para corregir la vida
abandonar el mal amor
y entregar las virtudes
que mantenías escondidas
en las capas internas
del órgano rector.
Hoy todo camina
y funciona en armonía