Décimas (10)
1
A los ojos de tu mirar
puse los versos mísitcos
que el viento me inspiró.
Son migajas del amor
que plasmé en el alma
y en tu rojo corazón
al ver las rosas rojas
que lucías en tus cabellos
negros cómo el azabache,
tan negros como tus ojos.
2
Amor que nace y crece
en el azul del cielo.
Amor que brota y se mira
en el azul del océano
Amor de los ojos morenos
y de la piel como la miel
del intenso verano
Amor del recuerdo forjado
en la nostalgia y que
vivirá en la eternidad.
3
Brillaban con luz incandescente
tu nombre y mi nombre y
se podía ver de lejos tus
hermosos ojos color café.
Este amor que nació como
un don divino y sagrado
permanecerá a tu lado
hoy, mañana y siempre
y vivirá en la eternidad
de los nobles pensamientos.
4
Esperando que se cumplan
las ansiadas promesas
la noche llega presurosa
entra en la tibia alcoba
y te dice al oido
que ya llegó el que debia.
El mar golpea a la playa
y el aire en su vientre
y le dice en voz queda que
el amor llegó para quedarse.
5
Es difícil olvidar
tengo miedo a recordar
el pecado de amor
y la devoción que le tuve.
Quisiera volver al pasado
para poder borrar esta
historia y comenzar
y escribir otra versión.
Quisiera olvidar lo que
el tiempo no pudo borrar.
6
Lo que diera por tu amor,
lo que dicta el corazón
lo que manda la emoción,
el poema de amor que
comenzamos a escribir
y que no llegaste a leer
que el tiempo no podrá olvidar
y que contienen los versos
de un romance inedito
que murió en la orfandad.
7
Su mirada ya no hipnotiza,
su risa ya no es la misma,
se apagó la luz en que vivía
y que alumbraba su vida.
Sus días fueron mas tristes
todo cambio un día en que
se detuvo la primavera
y quedó el recuerdo del día
en que mataron sus ilusiones.
8
Los versos que hay que escribir
son versos escondidos
que arrastran muchas penas
y encierran grandes amarguras
que caminan lentamente
con los pasos pausados
y las miradas extraviadas
llenas de melancolía
pero, en su ir y venir
solo buscan el consuelo.
9
Al rededor de la luz
de los vetustos faroles
volaban las luciernagas
vestidas con el ropaje
de los recuerdos que surgen
a lo lejos, en lontananza,
iluminando el paisaje
de los días grises que emergen
de las antipodas de los días
funestos y violentos.
10
Los ojos se miraron
con suma delicadeza
y caminaron juntos.
Los días tornaron sin rastro
y se escucharon a los vientos
tristes y enmudecidos
Del cielo bajo el telón
y el teatro volvió a renacer
y la función continuó
una y muchas veces mas.