No habrá letra alguna
que pueda igualar
el homenaje que quiero
dedicar a tu belleza
física natural
y espiritual.
A través de este canto
quiero rendirte
el más hermoso tributo
a tu persona y encanto
natural y fascinante.
A tu mirar y a tu reír,
a tus secretos
y a tus evidencias,
a tus mentiras
y a tus verdades.
También a tus defectos
y a tus virtudes,
a tus sueños
y a tus pesadillas,
a tu pasado
y a tu presente.
Por tu sencilla filosofía
de la bondad y nobleza.
Por tu cariño a los infantes
d por tu defensa del débil.
A esa forma tan particular,
y especial de ser que tienes tu,
a tu simpatía y carisma
y por tu forma de sentir.
Por tu dedo meñique,
por tu tierno mirar
y por la forma
como arrugas la nariz,
cuando sonríes
y cuando gesticulas.
Por el brillo de tus ojos
que al abrirlos en la mañana
anuncian que un nuevo
y maravilloso día
a tu lado ha nacido
y se ha tendido
una alfombra de flores
bajo tus blancos pies.
Luego me di cuenta que la Luna
leyó este poema
y cuando de pronto
miro al cielo
vi que la Luna me sonríe
me guiña un ojo
y pronuncia tu nombre
con algo de malicie.
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