El mural de la pobreza
El pintor realista pinto,
un mural de la pobreza,
un boceto de la miseria,
un graffiti urbano,
Con trazos de indigencia,
las fue pintado con las penas
que vivían ocultas
dentro del alma que moría.
No es una abstracción
de la realidad,
no es una visión
de la orfandad,
es el hambre real
que brotó en el campo
y escapó en silencio
y se asentó en la ciudad.
Pintando los umbrales
de los nacientes días,
de una vil felonía,
que sustrajo las pinceladas
con los tristes colores
de la cruel realidad.
Fue tanta la pena
que el pintor no pudo
terminar su triste obra,
que quedó inconclusa
cuando se enteró
que los pobres nunca mueren
por que no tienen como pagar
un entierro decente.
El mural lo terminó con el niño
con las manos en los bolsillos
pero sin nada que guardar
para que se vaya acostumbrando
a tenerlos vacíos.
Los zapatitos eran
de un numero mayor
porque no encontró
el numero que calzaban
sus pies pequeñitos.
El pintor no puso su firma
al no poder soportar la verdad
de tanto pintar a la pobreza
y el sufrimiento que lo rodea
y se sintió inconforme
con esta infame realidad.
Antonio Encinas Carranza
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