La tranquilidad del mar
En las tardes tranquilas
cuando tu llegabas
el mar se alegraba
al ver que te acercabas.
El mar ansioso te esperaba
su inquietud se desbordaba,
el viento lo tranquilizaba,
pero nada lo calmaba.
Porque tu solo y nadie mas
lo puedes entender
y cuando tu, te aproximabas
el mar con voz temblorosa
te contaba sus cosas.
y el relajaba
y luego se sosegaba.
Cuando acariciabas a las olas,
estas se retiraban tranquilas,
el silencio se ruborizaba
y la Luna que observaba
en silencio se ocultaba.
El mar en su amplitud
parece sereno
y en su quietud
se parece
"al alma del hombre"
como lo comentó
el poeta Goethe.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
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