Las confesiones de la noche
Cuando llega la noche
la ciudad agoniza,
los sueños se duermen,
surge el desconsuelo.
Los corazones mueren calcinados
por los fuegos eternos
que brotan del interior
de la inferida ausencia.
El pasado cercano
se encuentra con el presente
que camina dando trompicones
sin rumbo ni derrotero.
Allí el futuro lejano
espera sentado
con ansiedad obsesiva
que le den una oportunidad
Mientras se resiente la memoria
agonizan las sombras
que son impropias
y también las ajenas.
Las confesiones de la noche
se sienten obnubilados
y las luces se arrepientes
y cierran los ojos inmisericordes.
En la noche oscura y sosegada
la brisa ya no inspira a la calma,
mientras que el cielo llora
con lagrimas estrelladas.
Es cuando la noche
que es larga y misteriosa
el corazón se angustia
y muere lentamente.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima - Perú
D. R.