El día se quedó dormido
En medio del letargo de la tarde
y esperando pacientemente,
que llegara la noche
el día se quedó dormido
sumido en sueños profundos,
llenos de evocaciones
de deliciosos amores
y exquisitos placeres
y de pronto la noche
se sobresalto
y se despertó
y se mantuvo desvelado
inquieto, ansioso
nervioso y excitado
terminando
sumamente mortificado
esperando a los sueños
para volver a encontrarlos.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.