Poema de amor
En el dulce reino del amor
Al final el amor reinará en perpetua armonía,
aflorando nuevos amaneceres todos los días,
exaltando los guiños que siempre ofrecía,
excitando los sonidos que el alma encendía.
Acallando las voces del viento que gemía
y del alma ingenua que nunca moría.
Que ocultaba la infame y vil picardía
y donde la inocencia se escondía.
El sentimiento resurgirá con hidalguía
de la fulgurante luz que el amor esparcía
y que la oscuridad escindía,
apagando las horas del día.
Camina la suave fragancia,
dispersando las huellas de la memoria
diseminando las reminiscencias
de los sueños dorados que recibía.
En el reino del amor,
en un resquicio de la dulce devoción,
donde brota el silencio jamás escondido
tu eras la reina ... todos los días.
Exhalando el amor que emocionado emana
la brisa dulce de los tibios recuerdos
que caminan raudos por los estrechos senderos
esparciendo el perfume de sus místicos afectos.
Y al son del vuelo enfebrecido de las palomas
en su pasar lento y ensombrecido
llevando una ramita en su pico para el nido
que aloje el dulce reino del amor enardecido.
Sin mirar a los ojos que en su silenciosa mirada
la paloma se lleva nuestro dulce sentir
y sentir como el fuego se consume en llamas
ese amor que espera y que nunca se acaba
Es el sentimiento aquel que se consume
en ansias extremas y que vive latente
camuflado en los escondidos pliegues
del interior de los cuerpos
como un mutante virus impenitente.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.