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jueves, 21 de septiembre de 2023

Hera y Zeus Dioses del Olimpo


Diosa del Olimpo

Zeus, dios supremo del Olimpo


Hera, la reina de las diosas,
diosas entre las diosas
era la más hermosa.
Hija de Rea diosa de la Tierra 
y de Cronos el dios del tiempo.

Diosa del matrimonio
y reina del hogar.
era la mujer ideal,
el balsamo del Olimpo.

 Hera era tan bella
que los días nublados 
blasfemaban desafiando 
a los dioses del Olimpo.

Hera adornaba las riveras
frescas de la Helade y su reflejo  
era como los versos pindáricos
o como la sonrisa de Safo.

Todas las mañanas
se bañaba con el rocio de la lluvia matinal
acompañada con las ninfas 
del jardín de las Hespérides
y con aromas del perfume del Olimpo.

De Zeus mientras adornaba el cielo
juntando las nubes, al ver a Hera desnuda,
blasfemando al cielo
de su mente brotaron rayos y centellas 
y quedó omnibulado,
casi con perdida parcial de la razón.

Hera, era su hermana
que al verla tan hermosa 
se enamoró de ella sin importarle el parentesco
y al no poder tenerla en un hermoso cuclillo 
Zeus se transformó y asi engaño 
a todos los dioses del Olimpo.

Llovía y el ave tenía frío
y el ave sufría
y Hera al verlo tan triste se compadeció
y tiernamente lo cogió
y dulcemente lo besó,
con mucha ternura lo abrazó
y tiernamente lo apretó  contra su pecho
y sin darse cuenta ya había sido violada
y embarazada.

Hera avergonzada
reclamó y exigió
a su hermano Zeus
cumpliera con el matrimonio
y el dios tonante, 
altanero y arrogante,
de voz fuerte y gruesa,
dios del trueno y del rayo
solo bajó la cabeza y aceptó sin chistar
cabizbajo y mirando al suelo.

Contrato una orquesta
y se realizó una gran fiesta
en la cima del Monte Olimpo
al que todos los dioses acudieron
con sus mejores galas
y llevando valiosos regalos.

Al final de la boda los nuevos esposos 
partieron a la Luna de Miel
la cual duró trescientos años
y en la fuente de Canatos cerca de Nauplia
la diosa se bañaba todos los días
donde recuperaba su virginidad
todos los días.

Que canten las columnas milenarias
de las doricas columnas
y de las jónicas y corintias
y queden mudos los cantos homericos
de las ninfas que corren desnudas
huyendo de Zeus, el depredador del Olimpo.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Impronta

 Impronta



En un tiempo cualquiera
solo importa el recuerdo
y la impronta que van dejando
las huellas de tu estado inmaterial
intangible y espiritual.

Solo importa el recuerdo
que vas dejando en el aura
de la imperfecta vida
y del paso tremulo y silencioso 
de lo brillo de tu silencio.

El halo replandeciente y luminoso
 que deja el rastro de tu recuerdo
rompe las márgenes del tiempo
y libera las energías del pensamiento.
hasta agotar el momento impreciso.

Se agotan los momentos,
el tiempo es corto, 
y la vida es breve.
La resistencia es lenta
y pronto se agota.
Al final reina una gran pena.

Pero por muy lenta que sea la agonía,
sabiendo que el amor porfía,
cuando el gozo se torna amargo,
solo queda la triste melancolía.

Aunque mis ojos ya no te nombran,
mi alma te seguirá llamando.

Aunque tus oídos ya no me oigan
el viento gritará tu nombre.

Aunque mi voz ya no te alcance
mi corazón no dejará de latir por tí.

Aunque pareciera que fueron mil años 
de amarte en el silencio
Y aunque pasen mil años mas,
Igual te seguiré amando
de la misma manera 
como ama el tiempo
al viento.

Un tiempo, no importa cuando
solo importa tu recuerdo
y la impronta que acompaña
a tu voz y tu mirar.

De: Lima, Perú
D. R.

sábado, 7 de agosto de 2021

En el dulce reino del amor

Poema de amor

Poema de amor


En el dulce reino del amor

Al final el amor reinará en perpetua armonía, 
aflorando nuevos amaneceres todos los días, 
exaltando los guiños que siempre ofrecía, 
excitando los sonidos que el alma encendía. 

Acallando las voces del viento que gemía
y del alma ingenua que nunca moría. 
Que ocultaba la infame y vil picardía 
y donde la inocencia se escondía.

El sentimiento resurgirá con hidalguía
de la fulgurante luz que el amor esparcía
y que la oscuridad escindía, 
apagando las horas del día.

Camina la suave fragancia,
dispersando las huellas de la memoria 
diseminando las reminiscencias 
de los sueños dorados que recibía.

En el reino del amor, 
en un resquicio de la dulce devoción, 
donde brota el silencio jamás escondido
tu eras la reina ... todos los días.

 Exhalando el amor que emocionado emana
la brisa dulce de los tibios recuerdos 
que caminan raudos por los estrechos senderos 
esparciendo el perfume de sus místicos afectos. 

 Y al son del vuelo enfebrecido de las palomas
en su pasar lento y ensombrecido
llevando una ramita en su pico para el nido
que aloje el dulce reino del amor enardecido.

Sin mirar a los ojos que en su silenciosa mirada 
la paloma se lleva nuestro dulce sentir
y sentir como el fuego se consume en llamas
ese amor que espera y que nunca se acaba

Es el sentimiento aquel que se consume 
en ansias extremas y que vive latente
 camuflado en los escondidos pliegues
del interior de los cuerpos 
como un mutante virus impenitente. 

Autor: Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.

sábado, 2 de enero de 2021

Vano orgullo

 De soberbio a esclavo del amor

Vano Orgullo

De soberbio a esclavo del amor

Fui ganador en el juego
y desprecié el dulce amor
que me solían ofrecer,
amor del bueno y del otro.

Fui mimado, querido y engreído,
a la vez soberbio y altanero.

De todas fui fiel amigo,
más con ninguna tuve compromiso, 
ni llegue a novio o prometido.

Conocí mujeres voluptuosas, 
aventureras, seductoras, 
sofisticadas, divertidas, 
desinhibidas y espontáneas … 
pero muy atractivas. 

Más todo fue orgullo vano, 
todo era material, nada quedaba adentro, 
un corazón sin razón y un espíritu vacío. 

Hasta que te conocí. 
Mi última batalla contigo la perdí. 
fuiste mi derrota final, 
de esa vida informal. 

Contigo conocí el amor verdadero
me enamore de tus encantos, poco a poco,
de sus sonrientes ojos … ah, como me encantan.
De tus cejas partidas que enmarcan
alegremente su bello rostro, 
tu sonrisa y tu coquetería femenina,
tus sutilezas destrozaron mi resistencia,
terminé derrotado, dulcemente abatido y enamorado.

Pero jugaste conmigo y me gustaba tu juego
y llegue a suplicar y rogar por un poco de amor.
soy un sentimental prisionero, 
pagando condenas con siglos de castigo,

Puedo postrarme ante ti arrodillado,
solicitando o suplicando una mirada tuya,
o tu amor aunque sea de a pocos.

Adoro tu desprecio, ¿la verdad?
no me siento humillado.
Reconozco en ti, tu poder fascinante.
Eres mi reina … mi reina de corazones.

De: Lima, Perú
D. R.