Diosa del Olimpo
Hera, la reina de las diosas,
diosas entre las diosas
era la más hermosa.
Hija de Rea diosa de la Tierra
y de Cronos el dios del tiempo.
Diosa del matrimonio
y reina del hogar.
era la mujer ideal,
el balsamo del Olimpo.
Hera era tan bella
que los días nublados
blasfemaban desafiando
a los dioses del Olimpo.
Hera adornaba las riveras
frescas de la Helade y su reflejo
era como los versos pindáricos
o como la sonrisa de Safo.
Todas las mañanas
se bañaba con el rocio de la lluvia matinal
acompañada con las ninfas
del jardín de las Hespérides
y con aromas del perfume del Olimpo.
De Zeus mientras adornaba el cielo
juntando las nubes, al ver a Hera desnuda,
blasfemando al cielo
de su mente brotaron rayos y centellas
y quedó omnibulado,
casi con perdida parcial de la razón.
Hera, era su hermana
que al verla tan hermosa
se enamoró de ella sin importarle el parentesco
y al no poder tenerla en un hermoso cuclillo
Zeus se transformó y asi engaño
a todos los dioses del Olimpo.
Llovía y el ave tenía frío
y el ave sufría
y Hera al verlo tan triste se compadeció
y tiernamente lo cogió
y dulcemente lo besó,
con mucha ternura lo abrazó
y tiernamente lo apretó contra su pecho
y sin darse cuenta ya había sido violada
y embarazada.
Hera avergonzada
reclamó y exigió
a su hermano Zeus
cumpliera con el matrimonio
y el dios tonante, altanero y arrogante,
de voz fuerte y gruesa,
dios del trueno y del rayo
solo bajó la cabeza y aceptó sin chistar
cabizbajo y mirando al suelo.
Contrato una orquesta
y se realizó una gran fiesta
en la cima del Monte Olimpo
al que todos los dioses acudieron
con sus mejores galas
y llevando valiosos regalos.
Al final de la boda los nuevos esposos
partieron a la Luna de Miel
la cual duró trescientos años
y en la fuente de Canatos cerca de Nauplia
la diosa se bañaba todos los días
donde recuperaba su virginidad
todos los días.
Que canten las columnas milenarias
de las doricas columnas
y de las jónicas y corintias
y queden mudos los cantos homericos
de las ninfas que corren desnudas
huyendo de Zeus, el depredador del Olimpo.