El banco del parque cada vez mas solo
El banco del parque,
cada vez mas solo,
cada vez mas triste.
Lo acompañan
solo unas hojas secas
caída del árbol silencioso
que lo abraza con su sombra.
El banco del parque,
fue un mudo testigo
de tiernas caricias,
de los primeros besos.
y a veces
de fugaces romances.
Ya no se escuchan
las confesiones de amor,
las dulces y tiernas cuitas
de las anónimas parejas
de tiernos enamorados.
Ni los besos que el viento robó,
del que solo quedó el eco
de los besos secos
y arrugados
y las caricias del viento.
Besos que se lanzaban
cada noche a la luz de la Luna,
testigo discreta
de las promesas
falsas o reales.
De las elucubraciones románticas,
de los discursos vehementes,
de la fútiles promesas,
de los besos confirmantes.
Entre sus maderos
alguna vez se declararon
el amor eterno
que marcaron con una pluma
en su rustica piel
donde se juraron el te quiero
eternamente
bajo el testimonio de una lágrima
doliente
y de las promesas olvidadas.
La soledad que reina,
que invaden los parques
llora sobre los bancos,
donde solo quedaron los recuerdos
flotando en el aire.
El banco de los recuerdos
de los besos robados,
de las manos entrelazadas
y de las promezas olvidadas.
Hoy después de algún tiempo
pase por tu lado
te miré de soslayo
y no me reconociste.
El árbol que te da sombra,
el que abriga con sus ramas
y con sus hojas secas te reclama
por las promesas incumplidas
y los te amo olvidados.
En su cuerpo herido,
quedaron los mensajes de amor,
de amor eterno incumplidos,
vulnerados y quebrantados.
Hoy solo cobija
a las almas solitarias,
al que regresa
a recordar
los primeros abrazos,
las risas
pero también
lagrimas y llantos
recuerdos amargos
El frío que te acompaña
en el atardecer,
y la profunda soledad
del anochecer
te rodean de tristeza todo el día.
Eres mudo testigo
de historias intrinsecas
que a nadie relata,
ni al árbol que lo acompaña.
Aquel viejo árbol
testigo mudo
fiel testigo
que las guarda
en los surcos de su robusto torso
y de sus arrugados
surcos que recorren
su tronco.
El banco del parque
cada vez mas solo
cada vez mas triste.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
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