El Sol del verano
Cuando llegó el verano
el frío con su bufanda al cuello
tristemente se va alejando
obligado por el tiempo.
Al alejarse volvió la cara
y quedó plasmado
al contemplar
como brillaba
el Sol en el infinito.
En el torrido y cálido verano
el astro rey parece un globo dorado
que en el cielo está colgado
los días alegrando
con sus luces irradiando
Con sus rayos del mas puro oro
que como los amigos mios
cuando mas viejos mas finos
los hilos con los que borda
graba y tatua los cuerpos
con su dorado esplendor
Con su energía
y calor que irradia,
por los poros del cuerpo
suda la piel y suda el alma,
es el Sol del mediodía
que le place hacer perder la calma.
En el crepusculo
al terminar el día
es el Sol de la melancolía
amenazado por las nubes
que lo van cubríendo
y ante su resistencia
lanza sus postreros rayos vencidos.
La noche trae la calma
que del aire es su frescor,
es el soplo de las estrellas
y de los sueños del verano
Pero cada nuevo día
vuelve con nuevos bríos
calentando, las horas frías
del amanecer de cada mañana.
Antonio Encinas Carranza