Morir cada día
Cada día se muere lentamente.
porque la mente vive recordando.
Hay que vivir olvidando,
mientras se agota el tiempo
irremediablemente.
Cada hora pasa … pausadamente.
Es imposible detener el tiempo con la mente,
No se debe revivir a los fantasmas del pasado.
Hay que dejar pasar el viento
para que arrastre al tiempo.
Más no es recomendable así vivir,
hay que olvidar para existir.
La mente la recuerda y si no la encuentra
la historia sufre por sus aires de ególatra.
Llora el viento y llora el tiempo
en un incontenible y amargo llanto,
solo queda pena, pesar,
congoja y desconsuelo
por el dulce amor que se tornó lejano.
El corazón, la mente y el alma
lloran desamparadas al saber que ya no está.
Se siente en el aire la ausencia
y las penas se desbordan
y mueren en el silencio cada día.
Hoy el desconsuelo se desborda de tristezas
en los días de tormentas internas.
En las noche las agonías externas.
son vidas lentas y energías abatidas.
Es el recuerdo que invaden las horas
y la memoria que se resiste a morir
al final solo quedan las esperanzas truncas
mientras el corazón se resiste a sucumbir.
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