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miércoles, 22 de mayo de 2024

Recordando a mi madre Luisa Carranza de Encinas

 Recordando a mi madre Luisa Carranza de Encinas

Poema de Antonio Encinas Carranza

No me alcanzarán los años para darte las gracias,
No me alcanzara el tiempo, ni el espacio para bendecirte.
No se han enfriado mis manos del calor
que recibieron al sentir las tuyas,
cuando me llevabas por las calles de Breña.
Me sobra el tiempo, me sobra papel y tinta,
pero me faltan las palabras
para ofrendarte un poema
que te ensalce,
que elogien tu recuerdo
y lo lleven hasta los campos divinos del Cielo.
Luisa Carranza Mayorga,
quién con mucha energía y coraje
se ganó los titulos de Mujer, Madre y Abuelita,
Madre para sus hijos,
Abuela para sus nietos
y Mujer que enfrentó
a los avatares que le impuso
la vida y de los que siempre salía triunfante,
nunca la doblegaron,
nunca la derrotaron.
Se ganó los titulos que le otorgó
la fuerza que le puso su entusiasmo,
su empeño y al pasar por la universidad de la vida
que le otorgó los títulos de bachiller,
licenciada, master, doctora en psicología,
médicina y derecho, titulos de ejemplo,
respeto y dulzura para con todos los que la rodearón,
nunca mostró una debilidad,
nunca una lágrima,
siempre tuvo una sonrisa
para ella misma y para todos,
con las que daba animos,
tampoco hay que olvidar los consejos
que daba, consejos de amor, consejos de oro,
de aliento, positivos, de estimulo,
que quedaron grabadas en el recuerdo.
No me alcanzará la vida para decirte cuanto te amo,
No me alcanzarán los años para darte las gracias,
No me alcanzara el tiempo, ni el espacio para bendecirte.
Gracias por ser como tu fuiste, única y gracias por tu entrega.
Gracias por tus llantos y por tu risa, gracias por todo madre ...
Tu risa que quedó guardada en el infinito recuerdo,
en la memoria imborrable de los tiempos.

martes, 23 de octubre de 2018

Morir cada día

Morir cada día
Morir lentamente por amor

Cada día se muere lentamente.
porque la mente vive recordando.
Hay que vivir olvidando,
mientras se agota el tiempo 
irremediablemente.

Cada hora pasa … pausadamente.
Es imposible detener el tiempo con la mente, 
No se debe revivir a los fantasmas del pasado.
Hay que dejar pasar el viento 
para que arrastre al tiempo.

Más no es recomendable así vivir,
hay que olvidar para existir.
La mente la recuerda y si no la encuentra 
la historia sufre por sus aires de ególatra.

Llora el viento y llora el tiempo
en un incontenible y amargo llanto,
solo queda pena, pesar, 
congoja y desconsuelo
por el dulce amor que se tornó lejano.

El corazón, la mente y el alma
lloran desamparadas al saber que ya no está.
Se siente en el aire la ausencia
y las penas se desbordan
y mueren en el silencio cada día.

Hoy el desconsuelo se desborda de tristezas
en los días de tormentas internas.
En las noche las agonías externas.
son vidas lentas y energías abatidas.

Es el recuerdo que invaden las horas
y la memoria que se resiste a morir
al final solo quedan las esperanzas truncas
mientras el corazón se resiste a sucumbir.

De: Lima, Perú
D. R.