sábado, 27 de julio de 2024

Mirando sin mirar

Mirando sin mirar

 Cuando las miradas intentaban hablar

Cuando las miradas intentaban hablar


Sentado en un banco 
del parque central
mirando sin mirar
lo que los pensamientos
se negaban a contar.

Estaba con la mente perdida
mirando los días pasar
sin poder interpretar
lo que las nubes
 me intentaban narrar.

Observaba en silencio
mirando sin mirar,
y apreciaba sin punto fijo
 los profundos y fríos caminos
por la que transitaba el desconsuelo.

Me pare y caminé hacia una solitaria playa,
y sentado a la orilla del  mar
quedé mirando en silencio
a las sinuosas olas 
que algo me querian relatar.

Cuando las miradas son diafanas
y sumamente expresivas
 hablan rápidamente
con la mente ecelerada
pero si entender lo que quieren decir.

Las miradas cuando son atractivas,
son amorosas y angelicales
pero a veces son furtivas e inquietas
y muchas veces clandestinas y silenciosas
y otras veces son mustias y apagadas.

Pero a veces las miradas
son amables, bondadosas
y a veces acogedoras y cautelosas,
pero muchas veces se vuelven desdeñosas,
y a veces tristes y meláncolicas.

Hay miradas que se esconden
tras las palidas cortinas que caen
 sutilmente  sobre la mente
cubriendo los viejos placeres
y desgarran el tiempo que fue.

Pero las miradas que me perseguían
 decían a gritos lo que el corazón 
insistía en callar
y se cubría la boca
para no gritar su verdad.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

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