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sábado, 27 de julio de 2024

Mirando sin mirar

Mirando sin mirar

 Cuando las miradas intentaban hablar

Cuando las miradas intentaban hablar


Sentado en un banco 
del parque central
mirando sin mirar
lo que los pensamientos
se negaban a contar.

Estaba con la mente perdida
mirando los días pasar
sin poder interpretar
lo que las nubes
 me intentaban narrar.

Observaba en silencio
mirando sin mirar,
y apreciaba sin punto fijo
 los profundos y fríos caminos
por la que transitaba el desconsuelo.

Me pare y caminé hacia una solitaria playa,
y sentado a la orilla del  mar
quedé mirando en silencio
a las sinuosas olas 
que algo me querian relatar.

Cuando las miradas son diafanas
y sumamente expresivas
 hablan rápidamente
con la mente ecelerada
pero si entender lo que quieren decir.

Las miradas cuando son atractivas,
son amorosas y angelicales
pero a veces son furtivas e inquietas
y muchas veces clandestinas y silenciosas
y otras veces son mustias y apagadas.

Pero a veces las miradas
son amables, bondadosas
y a veces acogedoras y cautelosas,
pero muchas veces se vuelven desdeñosas,
y a veces tristes y meláncolicas.

Hay miradas que se esconden
tras las palidas cortinas que caen
 sutilmente  sobre la mente
cubriendo los viejos placeres
y desgarran el tiempo que fue.

Pero las miradas que me perseguían
 decían a gritos lo que el corazón 
insistía en callar
y se cubría la boca
para no gritar su verdad.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

viernes, 7 de octubre de 2022

Falta una estrella en el firmamento

 Falta una estrella en el firmamento

Faltas tu en mi vida

Llora el cielo sus tristezas.
Llora el alma su desconcierto
Porque te busca y ya no estás.
Falta tu nombre en mi pensamiento.

Llora el cielo 
al saber que ya no estás,
Lloran las penas que arrastran mareas.
Porque no reconocen tus sombras.
Son oscuras las mañanas.  

El firmamento está incompleto     

Y la esperanza siempre es corta
Nada ni nadie lo reconforta.
Mas que nunca ... más amargo es el llanto.

Porque le falta lo que más quiere   
La estrella más querida, 
 La engreída de la Luna.
El amor que le profiere y le confiere.

Suda mi cuerpo con el clamor del frío
Y los llantos tiritan cansados de morir.
Resisten los esfuerzos sin deprimir.
Sobran los recuerdos gélidos que caerán en el río.

Llora el tiempo, llora la lluvia.
Las ilusiones mueren perdidas en la distancia.
Y en su perfecta armonía se notará la ausencia.
Las que quedan escalarán las nubes de la nostalgia.
Al recordar tu imagen ... implora la memoria

Tiemblan mis rezos en la noche perturbada. 
Mis ruegos me obligan a quebrar la mirada
La pena es mía, el dolor es eterno
Son oscuras las posturas.
Sobre la tersa oscuridad 

 Falta una estrella en la eternidad
La más brillante entre las sombras de la Luna.
Llora el Sol, llora la Luna.

Cuando la miro y no está
La tristeza invade el cielo
Llora mi alma sin desconsuelo
Al buscarla y no encontrarla
La esperanza no siempre reconforta.

El corazón se desespera y busca el olvido
Pero al caer la noche, al mirar al cielo
El sentimiento se romperá
El corazón se quebrará
Al ver que falta la estrella
Que estaba al lado de la Luna
El alma en mil pedazos se romperá    

Es en vano buscar
Porque la estrella no volverá
La pena espera y se guardará
Los ojos retornaran
 Los harapos en que quedaron 
El alma y el corazón
Perderán la razón.   

El Sol renunciará a salir y se ausentará.
Dejará de asomar la luz, un día faltará.
La claridad de la bruma reinará
Y en medio solo las penas brillarán.

Los sueños serán los perdidos.
Las noches serán cada vez más oscuras.
Las esperanzas son más duras.
Llora mi alma sus sueños dormidos.

Al caer la noche llorará mi alma
Que el tiempo amará y guardará.
La luna pálida sufrirá de oscuridad.
Con la misma intensidad.
Pálida la noche se guardará.
Ante mis ojos, una estrella faltará.

Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
D. R.