Gotas de la lluvia
Corria la tarde y las primeras gotas de la lluvia
suavemente caían sobre la testa del día
y tocaban el rostro del crepúsculo,
sorprendiendo en pleno verano
por la refrescante brisa
que con cierto alivio
sofocaba el estío.
Eran gotas de la nostalgia
que arrastraban los aromas
de los olvidados recuerdos
que sonñolientos salen a mojar
las testas de los testaduros días
del olvido inconciente y maduro.
Poco a poco la lluvia se fue haciendo mas copiosa
tanto que las gotas hicieron un espectáculo
inconstante y frivolo,
y al no cesar la lluvia en su intensidad,
se hicieron mas frecuentes los recuerdos
trasnochados y meláncolicos.
La lluvia se incrementó y aumentó el río y su caudal
y para la noche el rio no cesaba en su intensidad,
debordandose descontroladamente
y las calles se inundaron rapidamente
y era imposible de transitar,
En algunas zonas el agua se empozó
y la memoria se desbordó
y aparecieron estanques y pozos
y algunas lagunas que por omisión,
a la memoria alborotaron
y las gotas de la lluvia organizaron
las fiestas de los recuerdos.
Mientras el cielo no se contenía
las gotas temblorosas caían
produciendo una humedad sombría
algunas a caer se resistían,
fuertemente del lumbral se cogían,
El viento muy sensible
acunaba a las gotas de la lluvia
que quedaban abandonadas
y suavemente las depositaba
en las lagunas.
Al cesar el aguacero
los recuerdos no dejaron de caer
y suavemente se deslizaban
y abrazaban a los besos aún humedos,
los abrazos acuosos
y a los amores olvidados
arrugados y secos.