Que no se rompa la noche

Que no se rompa la noche

Con la noche …  yo

Y en medio de la noche … tu

Y con esta incertidumbre,
el cielo en su plenitud
nos alumbre.

En medio de la noche,
nodriza de la oscura nube,

la niebla camina produciendo

las múltiples sonrisas apagadas

y las irritas tristes miradas.

Avanzan desorientadas 
las perfiladas e inquietas pasiones.

Entre los bostezos lánguidos.

Y una Luna bostezando

Sus pérdidas noches.

El silencio triste y apagado

camina con la mirada perdida,

en medio de la eterna vida.

Y esta vida que no alcanza.

En medio de la vida
el aroma de las flores

Y en medio de ella

 tu y yo rodeados del perfume 
del elocuente amor.

Buscando la señal para poder

Gritar su alegría.

La noche se desgarra.

y los  seres nocturnos

y las imágenes internas

gritan a toda voz:

que no se rompa la noche.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.

El silencio de la nada

El silencio de la nada

Recordando las voces que ruegan, 

que persistentemente suplican 

al sufrir su cruel castigo 

porque no pueden dar contigo.

Solo quiero que mis sueños te alcancen,

que las luces nunca se apaguen,

que dulcemente me abracen, 

que las sonrisas encendidas solas se entreguen. 

Que sobrevivan las bondades

en la oscuridad de las maldades.

Que las falsas y amañadas promesas

persigan a las legítimas verdades. 

Desde el silencio de la nada

se escucha un coro de voces sin voz

implorando por la pasión silente y callada

en la  mortesina y oscura noche 

discurren los pensamientos vanos. 

Que sobrevivan las bondades

en la oscuridad de las maldades

Que las fingidas y amañadas falsedades

persigan a las legítimas verdades. 

El recuerdo de la memoria es largo

y es corto el sentido del olvido.

Solo yo me encuentro perdido

en medio del desierto extenso

arido y esteril y desolados 

que mueren lentamente 

en el letargo de la tarde.

No son infinitos los ruegos del alma,

ni los momentos de la vida calma,

solamente persisten las huellas

de las almas perdidas en su verdad

cuando la obstinada persistencia calla.

para ni olvidar nada.

A la supina verdad la Ilustran 

las voluntades que siempre luchan

por sobrevivir y se transforman

cuando hay que elegir para ser feliz

y para ser feliz hay que vivir

y para vivir hay que olvidar

 que no existe la palabra infeliz. 

En la oscuridad de las malas intenciones

 persisten los inquietantes colores

 que gobiernan a los tonos y matices 

son las que sobrepasan las sensaciones

y resisten las tentaciones. 

Las inocuas percepciones algunas veces

nos traen pequeñas luces

que nos recuerdan las imágenes del pasado 

y espejismos de una falsa alucinación,

que fueron impuras y vanas expresiones. 

Te veo perdida entre una multitud 

que caminan llenos de inquietud 

plegados de la virtuosa virtud

y alejados de la desleal ingratitud. 

Recuérdame buscarte entre las nubes cansadas

venciendo a las ilusiones perdidas

y a las esperanzas vencidas

que quedaron entre las cartas marcadas. 

Viajando por los senderos desconocidos

buscando caminos extraños

unos son demasiados anchos

y hay otros que son muy angostos.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.