Entre el amor y la agonía
Como borrar el pasado
sin arrancar el inmenso dolor
de las inconsolables penas
profundas y eternas.
Como olvidar al Sol
sin ocultar el dolor
que se siente en el alma
sencible y dolorida
Como vivir en la oscuridad de la noche
donde se pierden las miradas,
se desvanecen los sueños
y se difuman los misterios.
Como arrancar desde
las profundas raices
las penas del alma,
aquellas que arrastran
las confesiones tristes
buscando la calma
la paz y el sosiego.
Como evitar que sangren las heridas
de las ilusiones perdidas,
las que unas se desvanecen
y otras mueren
en su lenta agonía.
Como pasar las noches sin llantos
en la impenetrable oscuridad
y donde los pasos se pierden
buscando un sueño
que le de amparo,
donde el dolor se pueda cobijar
y del inclemente frío se pueda abrigar.
Como vivir oscuridad de la noche
donde se pierden las sueños
y se purgan las culpas,
las que viven invocando
que las perdone el cielo.
Como vivir en el amanecer de las sombras
donde los lamentos brotan
por el dolor de la tierra,
cegando las miradas,
arrinconando al tiempo
que se ocultan en las
oscuras cavernas del ostracismo,
del vil desprecio
y del infame destierro
Como vivir en los silencios
donde solo se escucha
el triste silvar de los vientos,
el lejano bramar de las olas
y el constante chistar de los suspiros
que olvidaron llevar.
Allí donde brotaron los recuerdos
de los magicos encuentros
y de las eternas sonrisas
que se ocultaron en lontananza.
Es la magia del crepúsculo
rodeando a las estrellas
como cortina de la brisa
de la moribunda tarde
y del principio de la nada
la que perdona y otorga
la clemencia y la compasión.
En la plenitud de los días
de la tarde que moría
lentamente se vivía,
y en esta corta vida
solo se vive
entre los amores
y la fatal agonía.
Antoniop Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
D. R.