El amor puro
La mañana estaba despertando,
la aurora se fue apagando,
la luz sonrosada
de la alborada
se fue encendiendo
y brotaron las lágrimas
del alba matinal.
Era la hora prima de un día virginal,
que emocionado desplegó sus luces
en una explosión de matices
que surgiron al rayar el día.
que llenó su faz de rubor
que encendió su infantil candor.
Al ver la luz con emoción
apareció el amor como una visión,
fue un sueño, una ilusión,
quizas una ensoñación.
Era la redención del amor sincero,
tan sorprendente como un lucero
que deslumbro los senderos
del camino verdadero.
Que se manifestó como una copa de pasión,
una copa efervescente que brilló más que el Sol,
en medio de la virginal oración,
Allí, ella reinaba en medio de un girasol.
La magia de la flor virginal que fascinaba.
de la mirada que embelesaba.
La flor casta que hechizaba,
con su sonrisa todo lo embriagaba.
Arrobaron los días llenos de tibias brisas
que acariciaban su rostro.
Sueños e ilusiones y en medio de ellas ... el amor
que dejó su rastro,
sus huellas quedaron
eternamente marcadas
en las almas.