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lunes, 7 de octubre de 2024

A Alfonsina Storni, la sirena que retornó al mar

  Alfonsina, la sirena que retornó al mar

A Alfonsina Storni:
En su retorno al lugar del que emergió.


Poema de Antonio Encinas Carranza


Te fuiste con tu tristeza, 
acompañada con tus penas
y la soledad que tanto apreciabas
Te fuiste con las alas plateadas  
y vestida con los versos cantados 
por la voz antigua que te requería y te perseguía.
Te fuiste arrastrando los recuerdos del alma,
ocultando la mirada de la Luna
que se refleja en las oscuras 
y nostálgicas aguas marinas.

Abrumada con los sueños de angustia,
que son los requiebros que lanzaste al mar
los que adormecían tus sueños
y resquebraja tu alma dormida,
Eran las sombras que mueren al anochecer 
después de lanzar una oración sincera 
pidiendo al cielo el consuelo que no llegaba
que todos obviaban y que nadie quería escuchar.

Eran los aromas místicos y envolventes 
que invaden los recuerdos ingratos y obsesivos
de los sueños perturbados y adormecidos.
Eran las fragancias que vagan solas
por estas tierras desiertas de la memoria
selectiva y a veces envolvente y extraña,
que inducen a los sueños recurrentes
y los convierten en pesadillas angustiosas.

Son los silencios del mar que reclaman
 a los seres profundos y apasionados 
con sus lamentos omnibulentes y ofuscados
que turban y perturban a las mentes místicas
reclamando el pronto retorno al mar,
voces que se escuchaban y te reclamaban.
 que retumbaban tu mente, es el llamado del mar
del que nadie se puede negar a obedecer.

Tus poemas, sirena de tierra eran el clamor del mar 
exigiendo tu retorno  y cuando se venció el plazo
te entregaste a los brazos del mar que exigía
tu regreso obligado, por que tu eras sirena del mar
y las aguas te reclamaba cuando el plazo ya había vencido,

Junto con tus letras, versos, rimas y poemas,
ahora lanzas un nuevo canto entre las olas cantarinas
canto que surge de entre las aguas que bañan a la sirena
 que retornó al mar y que hoy les cantas los versos
de tus odas a las olas marinas y a las sensuales 
y místicas sirenas que arrullaran tus versos,
a los navegantes en el alta mar acompañadas 
de los inteligentes delfines y adornaran tus poemas
con corales de mil colores y las medusas se multiplicaran
con las sirenas homéricas y con los diligentes caballitos de mar,
y adornaran tus cabellos con las estrellas de los arrecifes
 del mar coralino y en el fondo te aplaudirán 
mil pecesillos de mil colores y te nombraron reina del mar
y Tetis la madre de Aquiles y antigua reina del mar
acompañada de la Nereidas, antiguas ninfas marinas
te rendirán pleitesía.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

sábado, 24 de junio de 2023

Sobre tu piel

 Sobre tu piel


Tu piel sonrosada


Vestida con pétalos de flores
que la cubría cual tul transparente,
que traslucía su bello cuerpo irreverente
y la descubría totalmente, 
embriagando la mente. 

Desvestida con un soplo de mi aliento
la bata de pétalos cayó al piso.
A sus pies descalzos
y su cuerpo quedó cubierto
y revestido de prístinos
y sensuales cabellos negros.

Satén de seda negra como la noche herida
que cubría su piel sonrosada.
Entre blanco y rosada.
A veces como la piel fina, acanelada
y el alma la tenía aterciopelada.

Una cortina caía sobre las dos rosas.
como tules de oriente, los cabellos negros
cubrían sus exuberantes pechos.
Y la tibieza de sus tórridos senos
que temblaban de placer clandestino.

Y yo ofrendaba mi algarabía
a su virginal piel de aparente inocencia
y apaciguado recato.
Mostrando su débil temperamento.
No opuso resistencia, solo júbilo placentero.

Fue entrega total, fue la pureza del fuego.
Fue sensible y virtuosa en su vida anterior.
Ayer intensa y sensitiva dama 
y hoy mujer apasionada en la cama.

Todo era del calor de su respiración.
Era su ilusión y su seducción.
Esperaba con la mirada desafiante.
El cuerpo exigente, laxo y ferviente.
Soñando que soñaba.
Ni un beso ardiente la despertaba.

Y sus ojos se iban cerrando 
en apariencia durmiendo.
Así se alejaba del mundo,
mientras al cielo se iba acercando.

Mentalmente el alma la abandonaba.
Del cielo herido caía el rocío.
La tierra y el lodo blanco era virginal.
Los ojos morían y la mirada.
reverdecía en otro mundo.
Muy lejano, distante e irreal
y el corazón seguía palpitando.

Torrente de fuego interno.
Cascada de petardos y luces de colores.
Bombardean el cerebro,
Haciendo que nos perdiéramos
y de vez en cuando nos encontráramos.

Dejando libres los deleites
con tal fuerza de voluntad.
Sin versos, sin poemas, sin brebajes.
El cuerpo dormido.
El cuerpo soñado.
Los deseos abrazados.

Donde mueren los alientos.
En el Jardín florido
de los irresistibles misterios
encubiertos de múltiples goces místicos.

Muy locuaz en la mente humana
están los bajos instintos,
que rebelan todos los misterios
recostados en el lecho
y en nuestros cuerpos serenos.
Sobre la almohada
y sobre tu piel rosada.

De: Lima, Perú
D. R.

jueves, 31 de diciembre de 2020

Amor sublime

 Amor sublime

Poema de amor sublime

Eres la mujer que espero
en mis sueños de lujuria,
contigo el amor no es pecado,
 es sublime, es divino,
eres la fuente que convierte
mi pasión en un volcán
de fuegos artificiales
de colores inusuales.

De mis sueños en que te recuerdo
brotan flores de amor interminables
y en cada petalo esta tu nombre
y tu eres la mujer que los induce
y que me reta a consumarlos
cuando suspiras y lñanzas
el perfume que em arrebata.

Eres el amor de mujer perfecta.
la mujer que  todo lo entrega.
Mujer que todo lo da
… y  que no pide nada.

Mujer que invade mis noches
y mis sueños lúcidos, 
eres un sueño dentro de mis sueños.
Mujer de besos y embelesos.
Mujer de sueños y ensueños.

Mujer de espíritu ardiente,
como el calor del trópico.
De aromas candentes.
De entrega sin límites.
De piel suave y alucinado.

Mujer de selvas inhóspitas y salvajes,
de montañas palpitantes e impacientes,
de belfos delirantes.
Volcán de fuegos salvajes.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

El amor puro

 

El amor puro
Amor puro y sincero

La mañana estaba despertando, 
la aurora se fue apagando, 
la luz sonrosada
de la alborada
 se fue encendiendo
y brotaron las lágrimas 
del alba matinal. 

Era la hora prima de un día virginal, 
que emocionado desplegó sus luces 
en una explosión de matices
que surgiron al rayar el día. 
que llenó su faz de rubor 
que encendió su infantil candor. 

Al ver la luz con emoción 
apareció el amor como una visión, 
fue un sueño, una ilusión, 
quizas una ensoñación.
 
Era la redención del amor sincero,
tan sorprendente como un lucero
que deslumbro los senderos
del camino verdadero.

Que se manifestó como una copa de pasión, 
una copa efervescente que brilló más que el Sol, 
 en medio de la virginal oración, 
Allí, ella reinaba en medio de un girasol. 

La magia de la flor virginal que fascinaba. 
de la mirada que embelesaba. 
La flor casta que hechizaba,
con su sonrisa todo lo embriagaba. 

Arrobaron los días llenos de tibias brisas 
que acariciaban su rostro. 
Sueños e ilusiones y en medio de ellas ... el amor 
que dejó su rastro, 
sus huellas quedaron
eternamente marcadas
 en las almas. 

De: Lima, Perú
D. R.



jueves, 2 de enero de 2020

Cabellos negros, jalonado de brillantes

Cabellos negros, jalonado de brillantes

Negros tus cabellos


Logre ver su cabellera negra,
negra como el brilloso azabache
jalonado de brillantes
que se movía como un corcel salvaje
sin domesticar, volando por los aires.

Llegaba con su larga 
y negra cabellera
anunciando su sensual
exorcismo y sortilegio.

El resto conformaba el todo,
donde se reunía su carácter, su cabello negro,
sus ojos secuestrados de un almendro,
y el aroma embriagante de su cuerpo desnudo.

Eres un jardín florido
misterioso e irresistible
 cubierto de múltiples 
goces sensuales.

Tormento negro pudoroso.
Cortina negra transparente.
Espejismo de la noche.
Laberinto de encantos.
Arcón donde navegan mis placeres.

Embrujo que embrollas mis sentidos 
y el amarañado de mis locuras.
Donde muere mi aliento.
Donde aterrizan mis deseos.

Cabellos negros como la noche
que caen como una cortina pudorosa
tratando de cubrir su cuerpo.
su piel entre rosa y blanca, 
a veces como la canela.

Los sentimientos
hacen un nido en ellos.
Mágico negro velo
que someten a su voluntad
que dejan libres los deleites
sin usar pócimas ni brebajes.

Caen como un torrente. 
Una cascada de locos pensamientos,
que al roce de mis dedos sobre su piel,
brota una dulce melodía morena,
haciendo que los dos nos perdamos
y de cuando en vez nos encontramos

Cuando se aleja del mundo
aparenta inocencia
y en mi palpitar espera
solo es una imagen permeable
a veces cercana, a veces distante
es su manera de alejarse del mundo
y de acercarse al cielo.

Su verdadero encanto es pasar
del frío del invierno 
al calor de la primavera
y luego al tropical del verano
con lluvias torrenciales.

Aparenta inocencia.
Sus ojos se movían aparentando recato.
Son momentos mágicos.
Así es su temperamento.

Sus cabellos negro noche
y ella vestida de blanco virginal 
e inconstante satén de seda,
vestido largo, falda y blusa
invitando a disfrutar
de toda su inocencia.

Su manera de alejarse del mundo
dejaba en palpitante espera,
cerraba sus grandes ojos pardos claros,
al recibir los cálidos besos
que armoniosamente
danzaban sobre su piel
y soñó que soñaba en un beso de amor ardiente.

Y al abrir los ojos despertaba 
y estiraba los brazos
su cabellera negra, sus pies descalzos
sus ojos almendrados, en conjunción
como dos estrellas brillantes,
su bata en el piso,
el calor de su respiración,
los besos impulsivos, 
y su cuerpo laxo. 

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

viernes, 5 de abril de 2019

Mientras miraba sus hermosos ojos

Mientras miraba sus hermosos ojos

Mientras la miraba, yo la amaba

Al mirar sus hermosos ojos 
Pude ver el amor que me brindaba. 
Mientras miraba sus ojos 
Mi cuerpo temblaba. 

Al cerrar los ojos 
Su cuerpo vibraba. 
Su incitante voz 
Gritaba en silencio. 

El silencio recorría el tiempo 
En que moría el viento. 
Al detenerse el tiempo 
Mi alma salía de mi cuerpo. 
Y su cuerpo se solazaba 
Entre la pasión y la paz. 

Al mirar su rostro 
Cerraba los ojos 
Subyugado por su pasión. 
Y el ardor que irradiaba. 
Mientras miraba sus ojos 
Mi cuerpo moría. 

Al mirar su sonrisa 
Se detenía el tiempo. 
Sentía sus labios ardientes 
Quemando mi piel. 

Cogiendo sus manos 
Mi cuerpo vibraba. 
Mi mente enloquecía. 
Mi alma moría. 

Al mirar tus labios 
Sentía un beso en toda mi piel 
Mi cuerpo vibraba. 
Su mente moría. 

Todo era pasión 
Conmoción, sensación 
Emoción, sin condición 
Todo era una explosión. 

Mientras me miraba 
Yo la amaba. 
Al final el silencio 
Gritaba su nombre 

El nombre del calor 
Y del olor de la pasión 

Entonces ame su cuerpo 
Ame un panal de mieles 
Ame sus ojos, su sonrisa 
Ame su boca 
Ame su cuerpo. 

La ame todas las noches 
Hasta morir en su piel. 

De: Lima, Perú
D. R.

domingo, 4 de noviembre de 2018

El terciopelo de tu piel



El terciopelo de tu piel

Tu piel tan suave como el terciopelo


Cada vez que te recuerdo,
no es más que sentir las ansias
desesperadas de amarte,
de abrazarte y besarte …
despacito … lentamente.
Sin apuros ... delicadamente.
Cada vez que te recuerdo.

Y pasear mis imperturbables ansias
por cada centímetro de tus pétalos de flor.
Suavemente ... dulcemente.
Sintiendo el terciopelo de tu piel,
respirando el mismo aire que tu aspiras.

Bebiendo el fresco soplo 
de tu nacarino aliento
y aspirando el dulce néctar
que se refleja en tu mirada
y que emana del centro
de la dulzura de tu cuerpo.

Llenándome de tus rebeldías,
visitando tu cielo
y quedándome en tus infiernos.
Compartiendo el éxtasis de tu sangre.
Muriendo en el fuego de tus entrañas
y sintiendo como se detiene el tiempo.

 Mientras escucho tus gemidos
de pasión acelerada
y esos suspiros tan suaves,
tan delicados, tan tenues,
 susurrantes y arrulladores,
que se mezclan con el rumor
de mi pasión acelerada
y de nuestra sangre hirviendo.

Siento el impulso de seguirte
hasta el mismo paraíso,
ese lugar excelso y sublime
cubierto de tules blancos,
donde posan las mieles
de tu piel rosada y seductora.

Mis sentidos embriagados 
y entorpecidos de amor,
gritan en silencio su emoción
y reciben los mensajes tenues
de tu inquietud y cariño.
La paz vuela en tus hermoso ojos.
La quietud dormida te abraza.

Sintiendo lo hermoso
de todo lo que es y no es,
así voy resistiendo las ganas
que domina mi mente y mi corazón
y que vuelve loco mi pasión por ti
cada vez que te recuerdo.

De: Lima, Perú
D. R.






sábado, 8 de septiembre de 2018

Un poema sobre tu cuerpo

Un poema sobre tu cuerpo

Entre versos y besos

Quiero escribir un poema
sobre tu cuerpo.
Comenzar por tu espalda
y recorrerla a versos interminables
con los besos
recorrer los versos
beso a beso
peregrinar
por tu perfecta anatomía.

Quiero escribir un poema
sobre tu cuerpo
para que mis versos
siempre te acompañen.

Escribir un poema que solo
tu y yo podamos leerlo,
tú al mirarte en el espejo
y yo al mirarlo en el espejo
sobre tu espalda

Quiero escribir un poema
con los dedos de mi mano
sobre tu piel desnuda,
tierna, tersa y rosada
sin que los dedos me tiemblen
para que la tinta 
de las letras no se corran nunca,
aunque te bañes con vino tinto.

Quiero escribir un poema
extenso e interminable
con versos infinitos
que duren mas de 1,000 años.

Que solo yo pueda leerlo
y dejar que tu cuerpo hable.
y que hable de tu cuerpo
y que cuente del amor
que solemos brindarnos.

Quiero escribir un poema
con un nuevo lenguaje
que solo nosotros 
podamos entenderlo,
con palabras intensas
y de amor tierno.

Quiero escribir un poema
sobre tu cuerpo 
y escribirlo beso a beso
y con mi aliento
secar la tinta.

De: Lima, Perú
D. R.

Vergel de poesía sensual.

Vergel sensual

(Dedicado a un grupo de poetas sensuales de una de las redes sociales) 

Poesía sensual

En un vergel de poesía sensual, 
donde todos aportan y nada es casual.
Entre sabanas blancas … esto ya es un ritual.
Besos van … caricias vienen, todas por igual.

Entre sudadas pieles
y cuerpos excitados y desnudos.
salen las posiciones
y todos quedamos mudos.

En total desenfreno,
el casto se llena de lujuria.
Las letras se desgarran de erotismo.
Todos se mezclan en un abrazo de libido y lascivia.

Con perdón de las damas
y con permiso de los caballeros.
No anhelo meterme entre sus sábanas.
Ni fisgón, ni vouyerista.

Volviendo al caso que nos preocupa,
he advertido que todos se olvidan
de un pequeño y seguro adminiculo,
de gran servicio y protección
llamado preservativo.

Fue el doctor Condón 
quién lo inventó.
Gran científico del pasado siglo.
Estoy seguro que el también los uso.

En estos tiempos de promiscuidad,
nos preserva de muchos males mortales 
que son infernales
y que causan muchos malestares.

 Que todos saben 
y que todos conocen
Y que todos olvidan en el momento 
fatal del encuentro.

Quiero también recordarles,
sin querer la fiesta aguarles,
que el sexo no es amor.
ni el amor es sexo. 

Y si practicas el sexo con libertinaje,
cuidado con el equipaje,
que no te hagan pagar peaje,
al pasar por esos parajes.
Saludos y que tengan buen viaje.

De: Lima, Perú
D. R.



Aquellos besos ...

Aquellos besos ...

Te enamoré, me enamoraste

Solo fue verte a los ojos para sentir la intensidad de tu pasión.
Nuestras miradas se cruzaron para sentir una hermosa atracción
Notar que eras una mujer convertida en ardor intenso y desenfrenado.
Pasión sin fin que nos arrastró por el mundo del amor tiernamente imaginado. 

Te enamoré, me enamoraste, 
No sé, no importa quién fue.
Me miraste y sonreíste 
Graciosa, 
Coqueta.

Te pregunté, me contestaste.
Te invité, me aceptaste.
Hablamos, caminamos, reíste.
Te besé, me besaste.

Me llevaste o te llevé.
No importa donde fue.
Tú casa, mi casa.
Cualquiera era igual.

Fueron tantas veces.
Pasión intensa por beber de tus labios. 
Que marcaban un virginal corazón rojo.
Pasión desenfrenada por su aparente resistencia.
Que cayeron solas al primer contacto de la esencia.

Morir por soltar tu cabello ondulado
Aprisionar y estrujar tu piel de oro.
Te miré, me miraste a los ojos.
Te dije amor y me contestaste con tu mirada
Ámame sin temores.

Fue un beso amoroso ardoroso.
Fue un beso de cuerpo entero.
Giraste el cuerpo y seguí arrastrando el beso.
Un beso lento, beso eterno.

Quieta, acurrucándote, débil, tímida.
Murmurando, casi gimiendo.
Volví a recorrer tu cuerpo 
Con pequeños mordiscos

Marcando levemente su piel rosada.
Sufriendo de gozo.
Moría de gusto.
El cuerpo húmedo.
Sufría suaves y ondulantes espasmos.

Verte desnuda fue un deleite
Divisar sus torneadas piernas
Ansiosas de placer.
Es virtud y gozo.

Sentir sus labios gruesos y calientes
Solo el contacto me dejo sin nombre.
Me sentí un volcán en erupción
La más sublime emoción.

Ardiendo solo pude gritar en silencio.
Con la mirada al cielo.
Yo solo escuché con discreción.
“Que dulce eres amor”

Mayor entrega por amor
De cuerpo entero sin disturbios 
Solo gritos apagados
Y cerrar con fuerzas los ojos
Mirando al cielo eterno.

Mi cuerpo, tu cuerpo, entrelazados en minutos de celestial placer.
Unidos por la naturaleza del amor del orden divino.
Llenando el mundo de placer y amor infinito.
Culminando el mandato sagrado.

Fue un amor a primera vista
Que duró hasta que acabó. 

De: Lima, Perú
D. R.