Dos lágrimas
El mar estaba tranquilo
y había un sol brillante.
Un barco cruza el horizonte
con rumbo desconocido.
Entre las olas y el viento
tres gaviotas cruzan el cielo.
volando muy lentamente,
y entre aleteo y aleteo
su vuelo se pierde a lo lejos.
De frente se ven dos delfines,
son bellos e inteligentes.
De lomo grises y panza blanca,
uno salta y el otro retoza.
En la orilla y sobre la caliente arena,
sentada y siempre sola
con la mirada extraviada
y con un sombrero de ala ancha.
Quizá soñando, quizá rezando.
Quizá suspirando o quizá llorando.
El viento arrastra las aromas del mar,
levemente roza sus mejillas
y lanza dos lágrimas al mar,
que caen sobre la blanca espuma.
El sentimiento del mar las arrastra
y las deposita sobre dos caracolas doradas,
y ellas las arrastran buscando una ilusión perdida
o quizá una pasión imposible a quién entregar.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.