Hubo un tiempo
Hubo un tiempo y durante años
en que siendo dueño de mis sueños
en que siendo dueño de mis sueños
caminaba entre los ensueños
que el tiempo no los desdeñó.
Al darse cuenta salió a buscar el amor
Soñé que soñaba
y entre mis sueños
me encontré con tu sueño
y vivimos un sueño de intenso amor
y al despertar, el sueño se materializó
y vivimos un intenso amor.
Con el tiempo volvimos a soñar
y el amor se disipó.
se esfumó como el humo vano
que se pierde en el firmamento.
Que nuestros cuerpos se disiparon
y el amor se quedó solo,
huérfano, aun mas solo,
quedó muy abandonado.
y por más que caminó no lo encontró,
estaba muy lejos del tiempo,
el viento me llevó por ciertos caminos.
En ese tiempo te encontré
sola, triste y compungida,
bajo una garúa persistente.
Estabas sentada en una banca
de la estación del tren.
Al verte de lejos
me fui acercando
Sin dejar de mirarte.
me miraste, sin mirar
por unos segundos.
Luego me preguntaste
¿Cuál era el próximo tren?
"Que ese era el último",
te contesté.
Es el tren de la esperanza,
pintado de verde.
Entonces ... ¿tú eres?
... ¿El de mis sueños?
Me preguntaste
y me miraste con el semblante sereno
y me mostraste
tu mejor sonrisa
y con tu bella mirada
me transportaste hasta el más bello lugar
donde me abrazaste con tu ternura
y me besaste con tu dulzura.
Reconociste que yo era a quién esperabas
y abandonaste el ayer.
Al amanecer el sueño se materializaba
y cuando ibas a sacudir
los sueños
te dije: ¡ no, déjalo así!
y el sueño duró tantos años
que no hubo un final
sino muchos años felices.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
sola, triste y compungida,
bajo una garúa persistente.
Estabas sentada en una banca
de la estación del tren.
Al verte de lejos
me fui acercando
Sin dejar de mirarte.
me miraste, sin mirar
por unos segundos.
Luego me preguntaste
¿Cuál era el próximo tren?
"Que ese era el último",
te contesté.
Es el tren de la esperanza,
pintado de verde.
Entonces ... ¿tú eres?
... ¿El de mis sueños?
Me preguntaste
y me miraste con el semblante sereno
y me mostraste
tu mejor sonrisa
y con tu bella mirada
me transportaste hasta el más bello lugar
donde me abrazaste con tu ternura
y me besaste con tu dulzura.
y abandonaste el ayer.
Al amanecer el sueño se materializaba
y cuando ibas a sacudir
los sueños
te dije: ¡ no, déjalo así!
y el sueño duró tantos años
que no hubo un final
sino muchos años felices.
Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.