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jueves, 23 de enero de 2025

Recuerdos bajo la lluvia

Recuerdos bajo la lluvia

Poemas de Antonio Encinas Carranza


Las nubes negras guardan recuerdos tristes
que se esconden detrás de los nubarrones
y las cubren con sus mantos oscuros
 en medio de la quietud de las horas nocturnas.

Las nubes blancas guardan los recuerdos alegres
y son acunados con la música de los vientos
y las llevan en los brazos de la tarde
y les dan abrigo y confort.

Cuando las nubes negras chocan con nubes blancas
nacen las tormentas y las lluvias se desbordan
y se deslizan gota a gota y al caer borran las huellas
del lento caminar de los días de la estación otoñal.

En el silencio de la tarde solo se escucha 
el discurrir de la lluvia que cae sobre las hojas de la floresta
y en en su lenta caída lavan las penas de la humanidad 
que guardan los vetustos árboles corpulentos.

El sonido de la lluvia causa melancolía y las penas 
se desgarran y sus restos van quedando rezagados
 en cada charco, en cada paso que dan los días aciagos
y al caer los recuerdos se van partiendo en mil pedazos.

Era una tarde gris y silenciosa y solo se escuchaba
el siseo de los vientos arrastrando las gotas de la lluvia.
El viento jugaba con las hojas de las copas de los árboles 
que se mecían lentamente al compás de la mùsica del recuerdo.

Antonio Encinas Carranza

miércoles, 5 de octubre de 2022

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo


Dueño de tus sueños

Hubo un tiempo y durante años
en que siendo dueño de mis sueños
caminaba entre los ensueños
que el tiempo no los desdeñó.

Soñé que soñaba
 y entre mis sueños
me encontré con tu sueño
y vivimos un sueño de intenso amor
y al despertar, el sueño se materializó
y vivimos un intenso amor.

Con el tiempo volvimos a soñar
y el amor se disipó.
se esfumó como el humo vano
que se pierde en el firmamento.

Que nuestros cuerpos se disiparon
y el amor se quedó solo,
huérfano, aun mas solo, 
quedó muy abandonado.

Al darse cuenta salió a buscar el amor
y por más que caminó no lo encontró,
estaba muy lejos del tiempo,
el viento me llevó por ciertos caminos.

En ese tiempo te encontré 
sola, triste y compungida,
bajo una garúa persistente.
Estabas sentada en una banca
de la estación del tren.

Al verte de lejos
me fui acercando
Sin dejar de mirarte.
me miraste, sin mirar
por unos segundos.

Luego me preguntaste
¿Cuál era el próximo tren?
"Que ese era el último",
te contesté.
Es el tren de la esperanza,
pintado de verde.

Entonces ... ¿tú eres?
... ¿El de mis sueños?
Me preguntaste
y me miraste con el semblante sereno
y me mostraste
tu mejor sonrisa
y con tu bella mirada
me transportaste hasta el más bello lugar
donde me abrazaste con tu ternura
y me besaste con tu dulzura.

Reconociste que yo era a quién esperabas
y abandonaste el ayer.

Al amanecer el sueño se materializaba
y cuando ibas a sacudir
los sueños
te dije: ¡ no, déjalo así!
y el sueño duró tantos años
que no hubo un final
sino muchos años felices.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.

viernes, 7 de enero de 2022

Flor de Primavera

 Flor de Primavera


Ilusión de primavera


Ella nació con la primera flor 
que brotó en la primavera, 
su alimento fue la luz del Sol.,
su hogar el campo y los jardines,
su sonrisa fue la vida misma. 

Al verla brotaron las ilusiones 
y se rodeó de esperanzas. 
que pasearon por los caminos verdes. 

Vivió libre, corriendo 
como un río incontenible, 
como el viento insostenible,
respirando los aromas 
de la vida libre, 
de la vida sin amarres, 
de la vida sin conjuros. 

Fue la Dama del Tiempo. 
Vivió la mística del reloj sin control, 
Arrojando la arena 
en las orillas del mar. 
Su vida flotaba como la espuma
sobre las fulgentes olas. 

Llevó el florecimiento a las pampas. 
Bajo el sol ardiente del desierto. 
Dormía en las tristes y heladas 
altas montañas que florecieron 
llenas de misteriosas leyendas. 

Soñaba con niños pequeños sin padres, 
que corrían sobre la Vía Láctea 
y ángeles que asomaban 
sobre su ventana al despertar. 

Su vida fue una sonrisa 
sin sombras ocultas. 
Una sonrisa llena de misterios 
que pendían desde lo alto 
del espíritu mayor. 

Hasta que un día 
se apagó su luz. 
Se oscurecieron sus sueños 
y sus palabras se enredaron 
en marañas interminables. 

Y poco a poco 
y tristemente y lentamente 
fue llegando el sueño 
acompañando al invierno.