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miércoles, 5 de octubre de 2022

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo


Dueño de tus sueños

Hubo un tiempo y durante años
en que siendo dueño de mis sueños
caminaba entre los ensueños
que el tiempo no los desdeñó.

Soñé que soñaba
 y entre mis sueños
me encontré con tu sueño
y vivimos un sueño de intenso amor
y al despertar, el sueño se materializó
y vivimos un intenso amor.

Con el tiempo volvimos a soñar
y el amor se disipó.
se esfumó como el humo vano
que se pierde en el firmamento.

Que nuestros cuerpos se disiparon
y el amor se quedó solo,
huérfano, aun mas solo, 
quedó muy abandonado.

Al darse cuenta salió a buscar el amor
y por más que caminó no lo encontró,
estaba muy lejos del tiempo,
el viento me llevó por ciertos caminos.

En ese tiempo te encontré 
sola, triste y compungida,
bajo una garúa persistente.
Estabas sentada en una banca
de la estación del tren.

Al verte de lejos
me fui acercando
Sin dejar de mirarte.
me miraste, sin mirar
por unos segundos.

Luego me preguntaste
¿Cuál era el próximo tren?
"Que ese era el último",
te contesté.
Es el tren de la esperanza,
pintado de verde.

Entonces ... ¿tú eres?
... ¿El de mis sueños?
Me preguntaste
y me miraste con el semblante sereno
y me mostraste
tu mejor sonrisa
y con tu bella mirada
me transportaste hasta el más bello lugar
donde me abrazaste con tu ternura
y me besaste con tu dulzura.

Reconociste que yo era a quién esperabas
y abandonaste el ayer.

Al amanecer el sueño se materializaba
y cuando ibas a sacudir
los sueños
te dije: ¡ no, déjalo así!
y el sueño duró tantos años
que no hubo un final
sino muchos años felices.

Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.

lunes, 1 de julio de 2019

La fuente del jardín de los sueños



La fuente del jardín de los sueños

Entre sueños y ensueños


En uno de mis sueños
me encontraba caminando
 por los estrechos senderos
de un jardín de hermosas flores, 
 cuando de pronto me encontré 
con una hermosa fuente. 

Al centro había una cascada,
a los costados 
y sobre húmedas rocas
varias sirenas de pechos desnudos,
eran tan bellas que parecía 
un paraíso perdido
que allí nacía un hermoso Arco Iris 
que irisaba con una lluvia de colores.

Cada mañana la aurora regaba
 las plantas del parque
con agua del paraíso
con una lluvia de colores.

Las flores brotaban alegres
bellas y lozanas
buscando un amor a quien querer.
a quién entregar sus delicadezas.

Una mañana al caminar 
por los senderos del jardín
encontré una flor exótica
y para conquistarme
 exhaló su fragancia
y me pidió que no la dejara sola.

Ella bella, dulce y encantadora
me pidió que no la dejara sola.
Que no la abandonara.
Que ella era el amor
que yo tanto esperaba.


De: Lima, Perú
D. R.