El jardín de los sueños
No acaba en un solo sueño,
un inmenso jardín lleno se árboles
y de flores de ensueños
de irisados colores,
mágicos y maravillosos
que marcan los senderos
por donde tu caminas
En medio de las rosas
florecen los versos sútiles
y en los bancos brotan los poemas
idilicos y románticos
y en medio de las ilusiones
hay una fuente de agua
de los sútiles manantiales
La fuente ornamental
rodeado de tropicales palmeras
y de flores de aromas misteriosas
y auras perfumadas que armonizan
con la inmensidad de la eternidad.
Surtidores diversos
de aguas transparentes
que caen en cascadas
con el alma cristalina.
De las fauces de un león
o de la boca de un dragón
que fungen de sútiles surtidores
del liquido elemento
cae como serena lluvia
sobre una petrea y fría sirena
con la testa coronada
sentada sobre humedas rocas
y coronada con laureles.
El Arco iris de mil colores
que tiene un canto sereno
con el Sol en el día
y la Luna en la noche
lanza su haz de colores
y caen como destellos luminosos
refulgentes y resplandecientes.
El sendero que había que transitar
estaba hecho de anchas baldosas
de granito rustico y sin encajar
y estaba bordeado de altos arboles
de diferentes especies.
Los árboles armonizaban
serios y altaneros,
siempre vigilantes,
por un lado estaban
las acacias de hojas de colores,
los fecundantes algarrobos,
los místicos pinos
secretarios del medio ambiente
y por el otro lado
las emblemáticas encinas.
Una senda lleva a la casa
del ser que amo
donde hay colgado
una hermosa jaula dorada
con la puerta abierta
y adentro un corazón
que me espera
para un final feliz.
Antonio Encinas Carranza