Te inventó mi soledad
Te inventó mi soledad
buscando compañía
en los días de la oscuridad
y del frío invernal.
Nací de un suspiro tuyo,
llevándome un poco
de tu ternura
y de tu sonrisa.
Ese día me parió tú alegría.
Tu sonrisa me amamantó
y tus ojos me amaron cada día.
Te arranqué un poco
de tus castos suspiros
y de tu encantadora sonrisa.
Hoy solo soy un suspiro
cuando te recuerdo
en mi absurda soledad.
En el frío y gélido invierno
los pensamientos vuelan
al sur de las esperanzas.
Y siempre regresan
para quedarse,
al salir el Sol.
Nacer en el atardecer
para morir al alba
es la herencia que me dejaste.
Sin pensar que todavía existo
y que tengo un corazón
que sigue vibrando
esperando que vuelvas
a mirarme otra vez.