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viernes, 4 de octubre de 2024

Aprendiz de poeta: soberbios

Aprendiz de poeta: soberbios 

Poema de Antonio Encinas Carranza

 2 da parte de: 
Aprendiz de poeta

Yo pensé que los poetas
eran finos y elegantes,
caballeros prestos a ayudar
a los desprotegidos,
a los principiantes
y a los aprendices
del arte de los versos 
y la rima.

Los que debían ser luz y guías,
y que debían incentivar 
a los noveles,
a los novatos
inexpertos
y bisoños,
les dieron las espaldas
y los insultaron
llamándolos

Solo son engreídos,
 presuntuosos y vanidosos
por que publicaron un libro
y acuden delirantes .
a firmar los volúmenes 
que sus fans compraron.

Soberbios y altaneros,
arrogantes y presuntuosos,
prestos a injuriar
al novato,
al aprendiz,
al aficionado,
al entusiasta
y los miran mal 
y a su antojo.

En medio de su jactancia
se inflaman de petulancia
y se olvidan que los mas grandes
poetas crearon academias
y enseñaron a rimar
y a versar 
a los principiantes
sin ningún interés.

Los nobles poetas
por su sensibilidad humana
tienen un lugar asegurado
en el panteón de la fama
donde esta enterrada 
la elocuencia 
y la inspiración universal.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

viernes, 10 de mayo de 2024

Los susurros del viento

Los susurros del viento

Poemas de Antonio Encinas Carranza


Si el recuerdo no te hace sentir bien
si sientes un hondo pesar
recuerda las palabras
que te susurraba 
el viento al oido 
y que a tu alma invadía
y acariciaba tus penas.

 Recuerda que la evocación
 es como el humo vano
que se diluye con el simple soplo
de los sosegados suspiros
y de los suspiros del viento
y del vendaval e inoportuno
mundanal ruido.

Cuando siento de lejos la soledad
la pena que me invade 
no la puedo controlar,
mas cuando al recordarte
me doy cuenta que vivo
un sueño de hermosas 
y lucidas fantasías.

Mas no quiero despertar
del sueño que me consuela
y que aborta la inquieta 
y ductil imaginación.

Que convierte al deseo de amarte
en frenética fuente inagotable
de poética inspiración
que quebranta la emoción.

Solo me queda
el deseo de tenerte a mi lado
y no volver a perderte
aunque se aleje 
la fébril elocuencia 
de la insinuante fantasia
y de la pertinaz obsesión
de la dulce imaginación.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.