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sábado, 28 de septiembre de 2024

En la noche triste

 En la noche triste

Poema de Antonio Encinas Carranza

La noche se quedó triste y sus luces apagó
y se cubrió con un denso manto negro
que cubrió todo el universo,
al ver que el dolor afligía a un corazón
que sufría por un amor no correspondido
y quedó con el fervor doliente y trastornado.

La noche lloró en silencio 
a causa de su insoportable dolor,
las lágrimas al brotar causaban ardor  
y al caer golpeaban el piso con furor 
y provocaban una lenta agonía a las almas 
que desesperadas morían por un inefable amor.

Una solitaria lágrima
taladraba el dolor de su aflicción
y en la noche triste cerró sus ojos
y apagó sus luces al ver que el dolor 
afligía a un corazón
que se aferraba a la vida con valor.

La noche lloró en silencio su dolor
las lágrimas secas dolían mas por el ardor
y al caer golpeaban el piso con furor
causando la agonía a las almas 
que desesperadas sufrían 
por el amor doliente.

Hoy quiero abrazarme 
con la noche triste
y la oscuridad que lo acompaña
y que me diga si conoce 
de las incomprensiones
de la equidad y la razón.

y porque sigo sufriendo
al mirar fantasmas que surgieron
detrás del manto denso
que cubren mis ojos cansados
de tanto oír gritar  a la noche que perdió
su encanto cósmico y soñador.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
D. R.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Frívolo, inconstante y superficial (Ok)

 Frívolo, inconstante y superficial

Poema de Antonio Encinas Carranza


Lo superficial del ser
son las veleidades del mañana
y las veleidades son almas solitarias
que al llegar la oscuridad
de la silenciosa y eterna noche,
salen a deambular
acompañados de las sombras,
 en medio de la frialdad de las almas.

Unas van con los ojos vendados
y caminan sin ver
con pasos torpes,
tropezándose entre ellos
buscando una victima
para imponer sus caprichos.

Son seres superficiales
que caminan despreciando a la vida
y burlándose de la equidad
y les sobra la frivolidad.

Con sus propios pasos 
se tropiezan y caen  
una y mil veces
y se dan cada porrazo 
y al levantarse ponen cara 
de ciego del alma
o de no saber que pasó.
 
Solo tu puedes entender
las penas que pasan
y el rubor de las miradas,
los antojos de las veleidades
y las sonrisas engañosas
que en el silencio se ocultan
tratando de pasar 
sin que nadie los note.

Antonio Encinas Carranza