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sábado, 28 de septiembre de 2024

En la noche triste

 En la noche triste

Poema de Antonio Encinas Carranza

La noche se quedó triste y sus luces apagó
y se cubrió con un denso manto negro
que cubrió todo el universo,
al ver que el dolor afligía a un corazón
que sufría por un amor no correspondido
y quedó con el fervor doliente y trastornado.

La noche lloró en silencio 
a causa de su insoportable dolor,
las lágrimas al brotar causaban ardor  
y al caer golpeaban el piso con furor 
y provocaban una lenta agonía a las almas 
que desesperadas morían por un inefable amor.

Una solitaria lágrima
taladraba el dolor de su aflicción
y en la noche triste cerró sus ojos
y apagó sus luces al ver que el dolor 
afligía a un corazón
que se aferraba a la vida con valor.

La noche lloró en silencio su dolor
las lágrimas secas dolían mas por el ardor
y al caer golpeaban el piso con furor
causando la agonía a las almas 
que desesperadas sufrían 
por el amor doliente.

Hoy quiero abrazarme 
con la noche triste
y la oscuridad que lo acompaña
y que me diga si conoce 
de las incomprensiones
de la equidad y la razón.

y porque sigo sufriendo
al mirar fantasmas que surgieron
detrás del manto denso
que cubren mis ojos cansados
de tanto oír gritar  a la noche que perdió
su encanto cósmico y soñador.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
D. R.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Yo no sé si te olvide

Yo no sé si te olvide

Nunca te olvidé

Yo no sé si te olvidé,
yo no sé si de verdad te quise,
yo no sé si algún día volveré a verte.

Solo sé que un día sin querer
me secuestraste con la mirada
y como rescate
mi alma entera te entregué.

Mas no quisiera que se detenga el mundo
para poder seguir respirando,
tampoco quisiera que nunca cierres los ojos
para poder seguir amando.

Solo sé que cuando tú dejes de sonreír,
 las plagas volverán a surgir,
las penas seguirán sin afligir
y la tiranía no dejará de existir.

Las tristezas profanas serán de los días,
la neblina inefable es del invierno.
Las tormentas compulsivas 
mueren en el desierto
y los enemigos del verano
 son las tortuosas lluvias.


Que me recordarán
que para que el amor exista
y la razón sea manifiesta
solo faltas tú para comenzar una fiesta.

De: Lima, Perú
D. R.