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sábado, 18 de septiembre de 2021

No me guardes rencor (3)

 No me guardes rencor (I)


A veces vemos con tristeza
como el amor se apaga.
Y al pasar los días
comprendemos que quizás
ya no vuelve a retornar.

Mejor hay que pensar
que el amor que se aleja
 ya no representa nada
y que no se debe recordar.

Son amores del pasado.
Son amores sin fundamento.
Son cenizas que el tiempo apagó
y que ahora son solo humo vano
desvanecidas por el fuego 
que el viento a su paso lo disipó.

Son cenizas apagadas,
chispitas desalentadas
que no volverán a brillar
y que ya no pueden lastimar.
Para que vamos a recordar
si no vamos a regresar.

Ahora son arenas difíciles de remover.
Son las tristes monsergas de las pasiones
llenas de falsas virtudes 
son oraciones del tiempo que pasa sin ilusiones
y que vuelve olvidando las presiones.
No hay que guardar rencores . . . 
yo . . .  ya no te puedo querer.

No me guardes rencor

(II)

No me preguntes mas
Es mejor para los dos
Yo no te puedo querer
No me guardes rencor.

Y no me mires de esa forma
Tampoco me bajes la mirada
No te sientas mal
Mejor mírame a los ojos
Y no guardes penas
Pero … seca esas lágrimas.

Y recuerda que siempre te quise
Y quizás te siga queriendo
Pero es mejor que nos separemos
Ya no quiero tener noticia tuyas
Quiero eliminar tus recuerdos,
aunque estos mas se pegan a mi pecho.
No se como podré olvidarte.

No me guardes rencor

(III)

Mientras tanto pondré  mi amor a la sombra
y lo mantendré oculto por mil años mas
 y algún día al despertar
recordaré lo mucho que te quise
y que quizás tal vez aún te siga amando
 y el tiempo me traerá 
el recuerdo de un amor bonito.
Yo no soy un arrogante.

jueves, 4 de abril de 2019

A los ojos de aquella mujer

A los ojos de aquella mujer

Si me miras a los ojos

No es tu cabello negro y blondo 
Los que me tienen deslumbrado.
 No es tu voz, que ya es mucho decir
Ni tus labios partidos, ni tu sonreír
Lo que me tiene impresionado.

Son tus hermosos ojos color pardo claro 
y tu mirada tierna que me tiene embrujado. 
Ojos color miel que muestran lo mejor 
de la ternura y la dulzura de tu alma
germinada y enamorada.

Es el misterio que emana
del alma que se refleja
y me ofrece un mundo de virtudes.
Hermosos ojos que anuncian y prometen
un tiempo pleno de placeres.

Déjalos, que hablen ... quieren decir algo, 
no ves que todo lo ven y todo lo callan,
con su eterno silencio y su callada mirada, 
y la promesa de un paraíso a su lado.


En la eternidad de aquella fantasía 
visual y profunda, algo moría.

Inquiriendo saber el futuro cercano,
ya lo viste ... allende los mares ... 
el presente se volvió lejano.

Los ojos que un día me regalaste,
quieren confesar lo que el corazón siente,
deja que navegue en lo profundo de tu mirada,
en esa mirada, tan inmensa, tan intensa,
déjalos que hablen y digan su verdad,
que romperían con la soledad.

Aquellos ojos que conscientemente 
me los ofreciste 
sin tener en cuenta que soy un inconsciente
apasionado y vehemente.

A los ojos de aquella mujer
que volteó la mirada.

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.