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domingo, 23 de junio de 2024

Bendigo tu recuerdo

 Bendigo tu recuerdo


Poema de Antonio Encinas Carranza


Aún, sabiendo que te quería
baje la cabeza y en silencio 
di algunos pasos 
y me alejé lentamente.
Luego me detuve, 
quise volver atras.

Pero algo me contenía, 
una fuerza me detenía 
y grité para darme valor 
y mis gritos se escucharon 
en toda la comarca.
y lentamente se fueron apagando. 

Con mis gritos se despertó 
la noche y se alejó 
de su camino eterno
los sueños se ocultaron 
y el cielo se estremeció 
y la Luna se ocultó.

Nada me conmovió 
y al recobrar la fuerza 
seguí alejandome sin mirar atrás,
a pesar que dejaba 
un corazón sangrando, 
camine con la cabeza baja, 

Quería correr, pero no pude,
aspirando con fuerza recobré 
el alientó y seguí alejandome.
Porque soy muy apasionado,
te tuve un cariño loco
que no porque se volvió triste.

En el caminó fui recordando 
y me preguntaba con la cabeza baja,
mordiendomé los labios
me preguntaba porque tuve que dejarte.
por mas que te adoraba
si tanto te amaba.

Hoy solo me queda el recuerdo
adormecido
de tus ojos pardos claros
que me siguen en mi triste camino
y tu sonrisa dormida y adormecida
sobre mi discreta almohada.

Todo esto quedó arrumado 
en el fondo de mi alma
y a cada momento
en mi mente te recuerdo
con mis ojos te veo
en mis sueños te bendigo.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

jueves, 4 de abril de 2019

A los ojos de aquella mujer

A los ojos de aquella mujer

Si me miras a los ojos

No es tu cabello negro y blondo 
Los que me tienen deslumbrado.
 No es tu voz, que ya es mucho decir
Ni tus labios partidos, ni tu sonreír
Lo que me tiene impresionado.

Son tus hermosos ojos color pardo claro 
y tu mirada tierna que me tiene embrujado. 
Ojos color miel que muestran lo mejor 
de la ternura y la dulzura de tu alma
germinada y enamorada.

Es el misterio que emana
del alma que se refleja
y me ofrece un mundo de virtudes.
Hermosos ojos que anuncian y prometen
un tiempo pleno de placeres.

Déjalos, que hablen ... quieren decir algo, 
no ves que todo lo ven y todo lo callan,
con su eterno silencio y su callada mirada, 
y la promesa de un paraíso a su lado.


En la eternidad de aquella fantasía 
visual y profunda, algo moría.

Inquiriendo saber el futuro cercano,
ya lo viste ... allende los mares ... 
el presente se volvió lejano.

Los ojos que un día me regalaste,
quieren confesar lo que el corazón siente,
deja que navegue en lo profundo de tu mirada,
en esa mirada, tan inmensa, tan intensa,
déjalos que hablen y digan su verdad,
que romperían con la soledad.

Aquellos ojos que conscientemente 
me los ofreciste 
sin tener en cuenta que soy un inconsciente
apasionado y vehemente.

A los ojos de aquella mujer
que volteó la mirada.

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.