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martes, 17 de septiembre de 2024

Los falsos rumores

Los falsos rumores

Poema de Antonio Encinas Carranza


 Brotó un lamento en el aire,
y surgió un suspiro que sufre,
una lágrima se escapa,
y rueda por una escarpada, 
 escabrosa y empinada loma,
y lanzó un ruego que murió 
en el primer intento
de un sigiloso desvelo.

Surge un coro que entona
un canto triste,
por un alma que sufre
por un amor incierto
que busca en el silencio
las palabras que se esconden
bajo las miradas que pesan
y que cubren la tristeza
que se desparraman
sin control, ni mando.

Mientras que las palabras
a veces son oscuras
y las sonrisas son sombras
que se escapan en silencio
y que se cubren con los turbantes
de los sensibles sufrimientos

Cual huérfanos se rodean
de los falsos profetas
que circulan entre los sustratos
que alimentan las raíces
de los falsos rumores
que viven ocultos
y sobreviven 
rodeados de las flores
del silencio
y de las risas y sonrisas
que discretamente se ocultan.

Los falsos rumores terminan
secuestradas bajo las cortinas
cautelosas de los rumores
al final mueren despreciadas 
por la funesta injuria,
la calumnia y la maldad.

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.

viernes, 30 de junio de 2023

Camposanto

 Camposanto


Cementerio


A la salida de la vida
al cruzar la puerta
muchas veces nos acompaña
un ruego que llega desde la montaña.

Tres ángeles en la puerta
te dan la bienvenida.
Lo comanda un ángel 
sin cabeza.
al costado un ángel 
con una sola ala.
al otro costado un ángel 
con la espada rota.

Entre el frío del mármol
y de los muros gastados
 viven los sueños eternos
y los gritos apagados

Con aires de tristeza
el viento solo es un soplo
un soplo sin vida.
Solo hay vida en los lamentos.

La solemnidad y los silencios
es de los camposantos
su habitat, su reino.
De su interior surgen los gemidos
y deambulan las sombras disolutas.

A llantos nocturnos.
A llantos de niños.
Huérfanos y expósitos.
A madres y padres desconsolados.

Las aves son penumbras
en cuyo vuelo 
van acompañadas de sombras
en la noche oscura
y vuelan entre eternidades
y silencios profanos.

Del reino de la bruma que surge
de la noche álgida e insensible
brota una niebla fina  que invade
y flota sobre las lozas frías.

Huele a inmensidad.
y a la insondable eternidad.
A fuegos intensos.
A flores del cementerio.
A crisantemos deshojados.
A cardos enredados.

Con un interminable rosario,
un monje de sotana oscura,
reza un responso,
para un difunto desconocido.

El cementerio está lleno 
de caminos para los vivos.
que van y vienen
hasta que un día  se detienen.
Es el camino de los pasos perdidos.

Tumbas con nombres y sin epitafio
Tumbas sin nombre y con epitafio
Tumbas olvidadas, 
difuntos que no saben que hacen allí.

Huele a lápidas y a silencios.
Huele a sepulcros y a fiestas de difuntos.
A lágrimas que quieren escapar.
A sombras que flotan
por los senderos llenos de pasos
que se pierden entre los senderos.

Y de días caídos
y esparcidos por el tiempo.
Pasan las almas.
Pasan los años.
 Se quedan los sollozos,
nada es vano.

Al salir del camposanto
y al trapasar la puerta
Adentro se quedan
los llantos
y los gemidos,
según sea su pesar.

Al salir y a los lejos
una cruz señala
donde queda
El camino desierto 
y la luz eterna que se va apagando 
Es el anuncio del final para una vida

Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
D. R.