La tristeza de un invierno infernal

 La tristeza del invierno

En el invierno el Sol anda con bufanda, 

la nariz roja y calcetines de lana

y se aleja muerto de frío

buscando abrigar la vida.

Es el tiempo cuando resurgen las penas 

y los recuerdos languidecen

en medio de las tardes lluviosas

y de las noches sombrías

llenas de melancolía.

Donde convergen los días fríos
las calles húmedas llenas de nostalgia

que solo buscan olvidar su simetría

buscando al Sol en su fantasía.

En los extremos y extensos días

 arrugados del crudo invierno,
en medio del frío desleal e infraterno,

se escucha una larga y triste letanía
que lanza sus súplicas al tiempo

 y sus plegarias al gélido viento.

En medio de las oscuras noches

que cada vez son mas inexpresivos,  

frígidos, friolentos y mas oscuros

es cuando mas solo estoy 

y mas triste me siento.

Que tristes son los recuerdos
en los días grises del invierno

y las horas oscuras de la desolación
 cuando el invierno arroja la lluvia 
y la lluvia moja al viento.
Son los días oscuros de la aflicción.

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú

D. R.

Mi bohío, mi chosita, mi casita

Mi bohío, mi chocita, mi casita

Derrochando alegrías

y con mucha energía,

conservando el ego,

anidando fantasías.

Estoy construyendo el nido

para anidar al amor mío.

Un bohío
pequeñito.

Una chocita.

Una casita.
Que importa.

Aunque sea una chocita.
Solo necesito 

un lugar donde yo pueda habitar. 

Un nido donde pueda alojar

a la mujer que quiero.

A la dueña de mis afectos.

Una casita
con un jardín de flores

para perfumar los amores
que en ella habita.  

Un lugar en cualquier parte

donde sea puro el aire.

Donde no haya contaminación,

su amor es mi motivación. 

Un espacio donde reine la paz

y prevalezca la armonía
donde se respire la felicidad

y los sueños se hagan realidad.

Donde se pueda reír y soñar,

donde no hayan penas,
ni se apague su nocturna
luz de luciérnaga.

Que daños no le hagan 

ni que la hagan llorar,

ni empañe sombra alguna 

sus sueños de mariposa de un día.

Que el sol entre cubriendo 

con su caliente protección 
para abrigarla cuando apriete el frío

y defenderla del crudo invierno.

Que despierte cuando el sol asoma

y cada vez que vez que yo parta

ella asome por la ventana
dándome le beso de la mañana.

La alfombra verde que cubre las colinas
y bajan por las laderas de las montañas

envolverán las tierras llanas
con sus verdes alfombras tendidas

Solo pido al cielo

que nada perturbe

su sosegado sueño 
al llegar el primer albor.

 Las casa es un sueño.

que las puertas y ventanas

miren hacia dentro del hogar  

para gritar: ¡aaah ... la casa nueva!

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú.
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